martes, 20 de septiembre de 2016

GUERRA ESPIRITUAL: RESISTIENDO A SATANÁS



Es conocido por la mayor parte de las personas, que Jesús, cuando fue llevado por el espíritu al desierto, fue tentado por satanás en tres ocasiones.  

En cada una de esas ocasiones, el diablo, valiéndose del conocimiento que tenía de la palabra de Dios, retó a Jesús, para que tomara decisiones que bajo ningún concepto podían estar acordes con la perfecta voluntad del Padre.

Jesús, quien es la palabra de Dios hecha carne, resistió a satanás, y con la misma palabra rebatió a Satanás en cada uno de esos tres momentos. 

De igual modo, durante todo el tiempo de su predicación, el Señor, con su palabra echaba fuera demonios, sanando también a  toda clase de lunáticos y enfermos. 

Y es que Jesús, como verbo vivo, e hijo de Dios, contaba con toda la autoridad y dominio sobre el mundo espiritual. 

Es evidente, que tanto en los tiempos de Jesús, como en la actualidad, los demonios o espíritus inmundos, son atormentados por la palabra de Dios. Por lo que esta, se constituye en una de las armas con las que contamos los cristianos para resistir y ganar las batallas espirituales que nos toque emprender. 

Para hacer guerra espiritual, es necesario que entendamos que existe un reino espiritual de maldad,  con satanás a la cabeza.  Este es un mundo real, en el que existen millones de demonios, que actúan coordinada y organizadamente, mediante jerarquías muy constituidas, con el fin de robar y destruir las almas de los hombres y tratar de robarle la gloria a Jesucristo. 

Pablo, describe muy bien esta guerra, y las jerarquías del mundo espiritual del enemigo, en su carta a los Efesios, capítulo 6, versículo 12, cuando nos afirma:  

"Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes." 

Todo creyente, viene a constituirse en un soldado de Jesucristo, que debe estar atento para resistir a las acechanzas del diablo. Y debe estar siempre preparado para llevar a cabo la batalla espiritual, pues satanás, no perderá ni la más pequeña ocasión, para atacar, con el fin de debilitarlo, hacerlo caer y destruirlo,  tratando también de destruir con ello  la obra de Dios.

Para ello, debemos vestirnos con toda la armadura de Dios, descrita por Pablo en Efesios 6, versículos 13 al 18.

13. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. 
14. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,
15. y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
16. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
17. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; 
18. orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; 

Debemos aprender a estar muy cercanos, muy unidos a Dios en todo tiempo, para poder estar fortalecidos con el poder de Jesús, de forma tal de resistir al diablo.

Es pues necesario usar toda la armadura de Dios, completa para poder estar protegidos y resistir sus acechanzas. El llamado es siempre a resistir, porque la batalla es del Señor. Él es quien luchó por cada uno de nosotros.  

Pero;  ¿Como nos ataca satanás?:

Primero:  Él, hace a Dios Mentiroso:   Al igual que lo hizo con Eva en el Jardín del Edén, satanás busca  hacernos dudar sobre lo que nos presenta la palabra, y sobre si debemos obedecer con exactitud  los mandamientos de Dios.  Él, trata de convencernos siempre de que transgredir cualquiera de estos mandamientos, resulta poco importante y hasta intrascendente.  

Segundo:  Nos tienta:   Satanás conoce muy bien nuestras debilidades. Él suele tentarnos constantemente, hablándonos y hablándonos espiritualmente sobre lo agradable que resultaría el dejarnos llevar por las pasiones y deseos de la carne.  Él es muy persistente. Y no deja escapar ni la mas pequeña oportunidad, para atacarnos y tratar de hacernos caer.  Satanás no se cansa jamás de ponernos trampas. Por lo que los cristianos debemos estar muy atentos y no descuidarnos nunca. Una manera de no descuidarnos, es permanecer siempre muy unidos a Dios, y muy cubiertos con toda la armadura que Él ha provisto para nosotros.

Tercero:  Se constituye en un acusador permanente:   Cuando el cristiano está debilitado espiritualmente, suele estar más susceptible de sentirse afectado por las acusaciones de satanás; las cuales le roban el reposo, la paz y la alegría.  Es muy importante, entonces, estar sensible a la voz del Espíritu Santo, para poder tener discernimiento y reprender a satanás.  Ante este tipo de ataque, es muy importante que tengamos presente que hemos sido salvados por medio de la sangre de Jesucristo,  y que ya han sido perdonados nuestros pecados.  Es importante pararse firmes y reprender al diablo, en el nombre de Jesús, y con el poder y autoridad de su palabra. Que es la palabra de Dios.

Toda obra de la carne está ligada a espíritus inmundos y ellos operan dentro del alma de cada individuo. 

La guerra espiritual ha sido ganada por Jesucristo. Nuestro enemigo, es un enemigo que ya ha sido derrotado. Él, no puede realmente forzarnos a hacer nada, pues nosotros tenemos la potestad en cada situación de resistirle en el nombre de Jesús, y con la palabra.

Es por ello que no debemos tener miedo al mundo espiritual de maldad, pues el señor mismo es nuestro defensor. Él ya ha vencido a Satanás. Él conoce como somos tentados, pues Él mismo fue tentado, y desea darnos la fuerza para resistir.

Puedo dar fé, y todavía no salgo de mi asombro, que una vez que hemos aceptado a Jesucristo como Señor y Salvador, recibimos de él toda la fuerza y autoridad para resistir al diablo. Y tan cierto es esto, que rápidamente nos daremos cuenta de que podemos resistir a vicios y tentaciones que antes nos dominaban, y ejercían el control sobre nuestras vidas.  Jesús, cuando se lo pedimos con corazón sincero y una real y firme decisión, nos dá definitivamente la fuerza para salir de nuestros vicios. Libertándonos de los deseos de la carne, y enseñandonos a resistir cuantas veces sea necesario. Hasta ser completamente libres.

En este sentido la palabra de Dios afirma, en Santiago 4, versículo 7, lo siguiente:  "Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros".

lunes, 19 de septiembre de 2016

GUERRA ESPIRITUAL: ESPÍRITUS ENGAÑADORES, Y USO DEL TIEMPO LIBRE









En ocasiones, para distraernos o usar nuestros ratos de ocio, nos sentamos ante el computador, televisor, o en salas de cine, a ver películas y programas  cargados de violencia, impregnados de una sexualidad insana, o en los que conductas agresivas y transgresoras se presentan como divertidas, interesantes, y hasta convenientes, bajo ciertas circunstancias. 

Reflexionando sobre esto, deberíamos preguntarnos, si de hecho, hemos elegido observar cosas que tal vez no nos convengan del todo.  

Por eso es necesario estar alertas. 

Aún cuando vivimos en el mundo de lo tangible,  existe en él lo intangible; lo no medible. Y esto, aunque no lo vemos, puede ejercer, y de hecho ejerce, una gran influencia sobre el resto de las cosas.  

Este, es el mundo espiritual. Mundo en el que no solo encontramos la influencia Santa de Dios, sino también la influencia demoniaca de satanás.

La peor de las muertes es la muerte espiritual. Los espíritus demoniacos, saben esto; y buscan que muramos, no tanto físicamente, sino más bien en el plano espiritual. Estos espíritus, no tienen jamás consideración o respeto por ninguna persona. Procurando por todos los medios destruirnos. Ellos perfectamente se cuelan a través de cualquier medio o recurso, ejerciendo influencia y una sutil presión, que en ocasiones inclusive, puede llegar a alterar nuestros pensamientos, sentimientos y emociones. Proporcionándonos una visión alterada de las cosas y de la vida. Una visión inadecuada, pesimista y sobretodo, muy distorsionada.  

Muchas veces, nos encontramos incómodos, a disgusto, deprimidos, nerviosos, asustados, etc., y no logramos entender, porqué. Es bueno en ese momento, que revisemos qué estamos haciendo. qué puertas estamos abriendo en el mundo espiritual; y a través de qué medios; pues a través de las puertas que abramos en ese mundo, podremos recibir múltitud de bendiciones, o inmedibles maldiciones.

Es necesario,  estar atentos.

En Mateo 6: 22 al 23 Jesús dice a sus discípulos:  “22.  La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; 23. pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?..

Si eres no creyente en Dios y en Jesús; pregúntate: ¿hasta dónde realmente tienes la paz, el sociego, el reposo, la tranquilidad y la alegría que deseas?.

Si eres creyente; Pregúntate entonces, qué estás haciendo en el tiempo que no pasas con Dios. ¿sobre qué estás poniendo tu mirada?, ¿a qué estás dedicando tu tiempo libre?. 

Dependiendo de la respuesta, encontrarás también la respuesta a preguntas tales como:  ¿Soy Feliz?. ¿Estoy satisfecho o satisfecha?, ¿Tengo verdadera paz?.

Qué estás haciendo con tu tiempo libre.

¿Lo dedicas a construir, ver y experimentar cosas positivas y buenas? o simplemente te dejas llevar por cualquier cosa que te ponen por delante,o que está "de moda".   

Pregúntatelo con sinceridad, y te puedo asegurar que vas a encontrar respuestas.

Antes que recibir una influencia espiritual poco apropiada, desordenada, o en fin, demoniaca,  ¿No es mejor que nos aseguremos de recibir una cobertura espiritual benigna y santa? 

Reiteramos entonces a Mateo 6: 22 al 23.

La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?  

Y también recordamos a Romanos 10:17.

Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. 

Entonces; mucho cuidado; con lo que eliges  ver; y oír. pues podrías estar entregando, progresivamente y sin notarlo,  a espíritus engañadores, lo que la biblia define como:  Tu dominio propio.

domingo, 11 de septiembre de 2016

Dios Celoso


Cuando estudiamos la biblia no deja de sorprender el hecho de que al releer sus versículos, podemos recibir con cada relectura, una revelación, nueva, diferente o complementaria.

Ex 34: 11-17, por ejemplo, me sorprendió al permitirme darme cuenta con esa lectura de lo supremamente celoso que es Dios.

Muchos que no conocen la palabra de Dios, que está en La Biblia, se preguntarán.  ¿Cómo puede atribuirse a Dios tal característica?

Bueno. En principio es, porque el mismo se la atribuye de forma directa y tajante.  Y esto, tiene una razón.

Durante mis primeras sesiones de lectura de la Biblia, siempre me solía preguntar el por qué cuando Dios, dio las instrucciones a Moisés sobre cómo Israel debía tomar posesión de la tierra, prometida de Canaan.   Hizo énfasis en que los israelitas literalmente “ECHARAN” de esa tierra a todos sus antiguos moradores.  Que los “ECHARAN COMPLETAMENTE” y  no se relacionaran con ellos, bajo ningún concepto.

Durante un tiempo, me llegó a parecer esto como una orden demasiado dura, demasiado inflexible de parte de un Dios, que por demás sabemos es la perfección del amor, el perdón y la misericordia.

Sin embargo ahora entiendo por qué lo ví así,  pues el concepto de Dios que estaba manejando, era el que manejaba como creyente de la religión católica. 

Hasta ese momento, para mi Dios, era solo un dios muy, muy, muy bueno, dispuesto a tolerar cualquier cosa, que pasaba por alto todo, y se hacía de la vista gorda cuando no lo obedecíamos, porque como es bueno, todo lo va a perdonar, al final.

¡Que concepción tan errada!   Ciertamente Dios, es Bueno. Y lo perdona todo, pero es a través del poder de la Sangre derramada por nuestro Señor Jesucristo.

Por otro lado, no es cierto, que Dios se hace de la vista gorda ante nuestros actos; ante nuestras acciones. Eso jamás lo hace.

Por eso es muy importante tener siempre en cuenta, que en el universo de Dios, toda acción tiene una consecuencia. Eso es axiomático. Y no existe forma alguna en que podamos actuar en alguna manera, sin que haya una consecuencia de tal acción, buena o mala, depende de lo que hagamos.

Demás está decir entonces, que Dios, de antemano, conoce esas consecuencias.  Por eso es que siempre nos advierte de evitar aquellas acciones, cuyas consecuencias van a ser perjudiciales y dañosas para nosotros.  El siempre advierte.  No por duro de corazón, como algunos pueden pensar, sino precisamente por ser un Dios amoroso, que quiere evitarnos las consecuencias desagradables y malas de nuestras acciones negativas.

Es un poco complicado, pero hay que verlo al revés de lo que parece.  Él, ha establecido, leyes en su universo, y estas leyes deben ser respetadas.  No por ser leyes en sí misma, aunque eso ya las hace de obligatorio cumplimiento, sino porque Él, las hizo, Él, las estableció, Él las creo. Y este es SU universo. (¿Se entiende?).
Esto lo podemos observar por ejemplo en Ex 34: 11-17 cuando advierte contra la idolatría de Canaan.  Pero veamos que dicen estos versículos.

Ex 34: 11-17

11.  Guarda lo que yo te mando hoy; he aquí que yo echo de delante de tu presencia al amorreo, al cananeo, al heteo, al ferezeo, al heveo y el jebuseo.

12.  Guárdate de hacer alianza con los moradores de la tierra donde has de entrar, para que no sean tropezadero en medio de ti.

13.  Derribaréis sus altares, y quebrantaréis sus estatuas, y cortaréis sus imágenes de Asera.

14.  Porque no te has de inclinar a ningún otro dios, pues Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es.

15.  Por tanto, no harás alianza con los moradores de aquella tierra; porque fornicarán en pos de sus dioses y ofrecerán sacrificios a sus dioses, y te invitarán y comerás de sus sacrificios;

16.  o tomando de sus hijas para tus hijos, y fornicando sus hijas en pos de sus dioses, harán fornicar también a tus hijos en pos de los dioses de ellas.

17.  No te harás dioses de fundición.

En estos versículos se resume todo lo comentado anteriormente, en ellos Jehová, le explica claramente a Moisés, qué no deben hacer, le explica porqué no deben hacerlo y les advierte de lo que sucederá si no cumplen con el mandato que Dios les da en ese momento.

Parece duro, sí.  Porque eso implicaba que el pueblo de Israel, tuviera que destruir o hacer huir a todos los moradores de esas tierras, mencionados en el versículo 11.  ¿Pero porqué Dios les pide esto?

Dios sabía, con anticipación, que si los dejaban allí, morando conjuntamente con ellos.  Los israelitas, terminarían cayendo ante la tentación que le ponían por delante las costumbres de los otros pueblos.  Que adoraban múltiples dioses, generalmente hechos por la mano del hombre  (figuras de talla en madera, barro, piedra, etc), dioses que ni veían, ni hablaban, ni escuchaban, ni podían hacer absolutamente nada, dioses que no tenían ningún poder, pero a los que los moradores de esos pueblos creían que debían ofrecer sacrificios.  Realizando sacrificios humanos, y llegando inclusive a sacrificar a sus propios hijos a dichos dioses.  En su mayoría esos pueblos, no conocían al Dios vivo y verdadero.  

Al Dios todopoderoso el que sí conocía en cambio el pueblo de Israel.  Y aquellos que habían oído hablar de Él, seguramente no les importaba. Pues gustaban de seguir llevando sus vidas como las llevaban, teniendo sus víctimas de sacrificio humanas, y realizando fiestas en honor a sus dioses, en los cuales el total desenfreno sexual y el desbocamiento de pasiones y emociones, era la característica principal.   Ellos no querían conocer a un Dios, ordenado, disciplinado, justo, recto, creador de los valores y los principios y amante del respeto por la vida, pues Él la creó.

Dios sabía, que si Israel aceptaba a los moradores de estos pueblos y los perdonaba y no los echaba de su tierra, iba a terminar adoptando las costumbres de ellos y olvidándose de Él mismo. Y sabía que iban a terminar quebrantando sus leyes, trayendo sobre sí, las terribles consecuencias.

Como vemos, Dios sí que es un Dios bueno y bondadoso, que nos creó, y conoce a perfección el funcionamiento de su propio universo.  Él crea las leyes, y exige que se cumplan, y como conoce de las consecuencias de su incumplimiento, nos advierte, muy a tiempo, para que evitemos a toda costa incumplirlas, trayendo sobre nosotros las graves consecuencias de la desobediencia.


Dios no obliga a nadie



Estudiar la palabra es muy importante para todo creyente en Dios.  Porque es a través de esta que podemos conocer no solo las leyes y mandatos de Dios, sino también muchos aspectos de su carácter.

Y es que Dios, sí tiene un carácter. Él no es solo bondad, como algunos piensan.  Él es mucho más que eso.  Él es Amor, Perfección, Salud, Generosidad, Fé, Misericordia, Perdón, y también Justicia.

Un aspecto que me llama mucho la atención de su carácter es que parece no querer nada obligado.  Sí, parece ser que Dios no quiere que nadie haga nada por obligación hacia él.  Y es por eso precisamente que da a todas, todas, todas sus criaturas, el libre albedrío.  Para que puedan elegir, una vez creadas si deciden continuar unidas a Él o no.  Podemos elegir.  Pero no solo los humanos podemos elegir.  Los ángeles pudieron elegir y al parecer es así para todas sus criaturas.


Y es tan cierto esto, que algunos ángeles, entre ellos Luzbel decidieron no seguirle, pero con un agravante, también decidieron hacer una rebelión. Uno de los problemas con Luzbel, ahora Satanás, no fue que tuviera dudas sobre si quería estar con Dios o no. No.  Él no tuvo ningún tipo de dudas.  Él quiso ocupar el lugar de Dios, haciendo un motín en el cielo.  Eso es distinto. Muy distinto. Pues la duda, la hubiese podido disipar el Señor rápidamente con su infinito Amor.  Pero la actitud de Satanás, fue otra.  Él se enorgulleció, queriendo por fuerza, ocupar el lugar de Dios.  Eso es otra cosa, muy distinta.

Pero, ¿y si no seguimos a Dios?, ¿A dónde vamos?  Todos somos sus criaturas, y este es su universo.  Está impregnado de Él, de su amor.  ¿Qué sería de nosotros sin Él?,  Evidentemente, nada, no lograríamos ni si quiera respirar o sobrevivir.   Sin embargo, Él nos dio, desde el primer momento la posibilidad de elegir, si queríamos o no estar con Él y seguirlo a Él.  En el plano humano, saliendo de lo angelical, les dio la libertad a Adán y a Eva de elegir, en su momento y nos la continúa dando a todos hasta el día de hoy.  Inclusive tiene más que la paciencia del universo, para esperar, que retornemos a Él, si hemos hecho la decisión equivocada, como en el caso de Adán y Eva, pues Él sabe que es lo mejor para nosotros, y que en algún momento lo vamos a necesitar, para poder vivir, existir, ser, en la verdadera, real y justa dimensión para la cual fuimos todos creados.
Pero este no es el tema que nos ocupa, y podemos tratarlo con mayor detalle en otra oportunidad.  Nos ocupa el tema de que Dios no quiere a nadie obligado a su lado.
Y esto lo podemos apreciar en el libro de Éxodo, capítulos 35 y 36, cuando Dios le dice a Moisés que comience la construcción del tabernáculo.  Para ello le indica en el versículo 5 del capítulo 35, lo siguiente:

5.  Tomad de entre vosotros ofrenda para Jehová; todo generoso de corazón la traerá a Jehová; oro, plata, bronce,

También los versículos 21 y 22 señalan:

21. Y vino todo varón a quien su corazón estimuló, y todo aquel a quien su espíritu le dio voluntad, con ofrenda a Jehová para la obra del tabernáculo de reunión y para toda su obra, y para las sagradas vestiduras.

22. Vinieron así hombres como mujeres, todos los voluntarios de corazón, y trajeron cadenas y zarcillos, anillos y brazaletes y toda clase de joyas de oro; y todos presentaban ofrenda de oro a Jehová.

Como se desprende de estos versículos, Jehová Dios deja muy en claro que para la construcción de su tabernáculo, deseaba recibir donaciones de hombres y mujeres de Israel, que realmente desearan hacerlo desde el fondo de su corazón.  Solo aquellos que apreciaban profundamente a Dios, solo aquellos que deseaban donar desde el fondo de su corazón.

A mi modo de ver las cosas, Dios no quiere a nadie obligado a su lado.  Él realmente no necesita a nadie, pues es autosuficiente en sí mismo. Y aunque parece gustar de la compañía de sus criaturas, no nos obliga, porque además de ser un perfecto caballero, al igual que su hijo Jesús, no necesita obligar a nadie a que lo ame, a que lo busque. Pues el da y respeta la libertad y el libre albedrío. Y solo cuando lo deseamos con sinceridad el entra a morar en nuestro corazón.

Y tanto es lo que recibe de las criaturas que deciden seguirlo de corazón que sobreabunda. Lo que confirma Éxodo 36: 3-7

3. Y tomaron de delante de Moisés toda la ofrenda que los hijos de Israel habían traído para la obra del servicio del santuario, a fin de hacerla. Y ellos seguían trayéndole ofrenda voluntaria cada mañana.

4. Tanto, que vinieron todos los maestros que hacían toda la obra del santuario, cada uno de la obra que hacía,

5. y hablaron a Moisés, diciendo: El pueblo trae mucho más de lo que se necesita para la obra que Jehová ha mandado que se haga.

6. Entonces Moisés mandó pregonar por el campamento, diciendo: Ningún hombre ni mujer haga más para la ofrenda del santuario. Así se le impidió al pueblo ofrecer más;

7. pues tenían material abundante para hacer toda la obra, y sobraba.

Dios no necesita nada de nosotros, pero como es generoso, le encanta compartir toda su creación con sus criaturas.  Él es tan bueno que hace salir el sol sobre buenos y malos, sobre justos e injustos. Pero solo entra en el corazón y en la mente de aquel que quiera recibirlo.


¿Quieres tú compartir tu vida con el creador de la vida?, El ha hecho todo por ti.  Hasta mandar a su hijo amado Jesús a morir en una cruz, para que tú seas salvado y recibas el perdón por tu desobediencia.  ¿Estás tú dispuesto a recibir a Jesús en tu corazón?, Él es un caballero y  no entrará nunca por la fuerza.  Él solo entrará si tú abres la puerta de tu corazón…


lunes, 6 de junio de 2016

¿PORQUÉ HAY TANTA MALDAD EN EL MUNDO?






Muchas personas se preguntan porqué existe el mal en la tierra.  Porqué, si Dios es un dios bueno y justo, permite que la maldad aflore y reverdezca, o sea que crezca a sus anchas.

Sin embargo, pocos recuerdan o saben que esta situación fue responsabilidad directa del hombre.

Cuando Dios creó al hombre le dió instrucciones claras.  Le dijo en todo sentido, muy claramente, qué esperaba de él.  Pero tanto el hombre como la mujer, parecen no haber prestado suficiente atención a Dios.

Génesis 1:27 al 28, dice:

27.  Y creó Dios al hombre a su imágen, a imágen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.

28. Y los bendijo Dios, y les dijo:  fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.

Como vemos, el versículo 28 indica que después que Dios creó al Hombre, lo puso por Señor de todo en la tierra. 

Esto se confirma en Génesis 2:19 al 20, cuando se dice:

19.  Jehová Dios formó, pues, de la tierra, toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viése cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre.

20.  Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; más para Adán no se halló ayuda idónea para él. 

El versículo 19, nos confirma también cómo Dios puso el señorío de todo lo que creó en la tierra en las manos de Adán.  Pero:  ¿Qué pasó?;  ¿Porqué ahora es el Diablo y su maldad lo que parece prevalecer en el mundo?.


La caída del Hombre.

En Genesis 3:1 al 5, se nos aclara esto:  

1.  Pero la serpiente, era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho;  la cual dijo a la mujer:  ¿Conque Dios os ha dicho:  No comáis de todo árbol del huerto?.

2.  Y la mujer respondió a la serpiente:  Del fruto de los árboles del huerto podemos comer;

3.  pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios:  No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.

4.  Entonces la serpiente dijo a la mujer:  No moriréis. 

5.  sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.

Sabemos por la palabra, que la serpiente antigua, la del génesis, representaba a Satanás. Él, con su astucia superior, como lo relata el versículo 1 de Génesis 3, tentó a Eva sugiriéndole que debía desobedecer a Dios y comer del fruto prohibido.  La serpiente, le dejó entrever a Eva que Dios era un gran mentiroso, que no les decía la verdad sobre aquél fruto.  Le negó la veracidad de Dios;  y actuó en contra de Dios mismo con el fin de lograr que Eva cayera en sus redes.

Y precisamente esto fue lo que sucedió.  Eva le creyó a la serpiente más que a Dios y comió del fruto prohibido. y al hacerlo, la maldad, por su acto de codicia y desobediencia, entró en ella; luego lo dió a probar a su marido; seguramente utilizando los mismos argumentos que recibió de Satanás.

Al Adán probar del fruto, automáticamente toda la raza humana quedó bajo la influencia de Satanás.

La Serpiente, (Diablo, ó Satanás), le dejó entrever a Eva que existía una segunda opción para vivir, descartándole la única y verdadera; la de estar unidos a Dios.

En pocas palabras le hizo entender que seguirían viviendo,  aún desobedeciendo a Dios, y no escogiéndo su voluntad y a Él, como opción única; lo cual fue, la gran mentira; pues separados de Dios encontramos la muerte.

Adán y Eva, al escuchar y obedecer la sugerencia de Satanás, desecharon automáticamente, la orden de Dios; y quedaron así atrapados bajo la influencia y tentaciones del Diablo; pues, automáticamente Adán pasó, traspasó, o en pocas palabras, entregó su señorío a Satanás.

Y esto es lo que buscaba la serpiente; robar el señorío de toda la tierra, para dañar, y tratar de construir su imperio de maldad; desafiando así al Dios vivo, único y verdadero.

Satanás, a partir de ese momento, pasó a ser el Señor del Mundo; dominando en una multiplicidad de situaciones a la raza humana, e imponiéndole en buena medida su voluntad.  Y como lo que en él hay es ambición, muerte y destrucción, eso trajo para el mundo y para todos los seres humanos.

Recordemos que Satanás,  (antes Luzbell), al desafiar a Dios en el cielo y querer ocupar el trono del Altísimo, se separó de la fuente única de la vida, que es Dios. y como consecuencia, lo que atrajo hacia sí fue la muerte; en todos sus sentidos.

Eso que él ahora es, eso en lo que se transformó: Lucifer; es lo que entregó a Adán y a Eva:   Muerte y destrucción. y él a cambio, se quedó con el Señorío del Mundo.

¿Pero porqué Dios puso el árbol del conocimiento del bien y del mal en medio del Jardín del Edén, si sabía que existía el riesgo de que se le desobedeciese, especialmente con la Serpiente rondando por ahí?.

Ésto, puede tener multitud de razones.  A mi parecer, a Dios, no le preocupa satanás. Dios, en su omniciencia e infinita sabiduría, al arrojar a Satanás a la tierra, y no destruirle al momento de su rebelión, y luego crear al Hombre, cumpliría un propósito: . Darnos una lección a todos los seres de su creación. A todos.  Una lección de sabiduría. Una lección de inteligencia. Enseñándonos a ser responsables con lo que él nos ha dado. 

Dios, en su infinita misericordia nos está enseñando que este, sú universo tiene leyes, y que todas, absolutamente todas sus criaturas deben respetarlas. Él, nos ha hecho y nos hace entender que el libre albedrío es una responsabilidad; y que cualquier acción que ejerzamos haciendo uso del mismo, tiene consecuencias, para bien, o para mal. 

Dios haciendo uso de su poder, hubiese podido desaparecer a Satanás y a los ángeles que pecaron, en un abrir y cerrar de ojos.  Pero qué enseñanza quedaría para el resto de sus criaturas.  Quedaría tal vez como un Dios violento que se impone por la fuerza.  No.  Dios no es así; y en su lugar, ha sabido usar lo acontecido en el cielo con la rebelión de satanás, y en la tierra, con el pecado del hombre, para que aprendamos a verlo y conocerlo como Él es. 

Como producto de la guerra espiritual que estamos viviendo, Todas sus criaturas, pequeñas, entenderemos, en lo más profundo de nuestro ser y corazón, y por convicción propia, que él es Dios, y no hay otro que pueda reunir sus atributos y perfección. Entenderemos que todos tenemos libertad, pero que es importante y necesario que aprendamos a respetar.  

Recordemos que Dios es perfecto  y no necesita nada, ni a nadie; pero ama que sus criaturas le amen, y que le sigan por puro amor, disfrutando de libertad.

Podría decirse, que no quiere a nadie obligado a su lado.  

Dios, creó al hombre dándole también libre albedrío para que pudiese escoger, aún siendo su más pequeña creación, si deseaba seguirle o no a Él. Y solo aquellos hombres que decidan, anhelen y quieran con sencillez de corazón y espíritu estar con Dios, estarán.

Al principio de la creación, Adán y Eva eligieron pecar desobedeciéndo a Dios. Y el mal entró en ellos y en consecuencia en el hombre. 

Sin embargo, Dios, sabe muy bien que ellos se enfrentaron a un enemigo muy fuerte y extremadamente inteligente y malvado. Y ha tenido y tiene con nosotros los hombres compasión, y  misericordia.  Él, en su infinita sabiduría, ideó un Plan que pondría en práctica para garantizar la salvación de la raza humana; pues quiere proporcionarnos una oportunidad a todos; no queriendo que nadie se pierda. Este Plan, es que a través de su hijo hecho hombre,  Jesucristo, destruiría al que creo el imperio de la muerte.  Esto es a Satanás. 

Y es que con la ayuda de Jesús, hasta lo más pequeño, que somos nosotros los hombres, podemos resistir a satanás.

Solo hay que creer y aceptar al Hijo de Dios:  Jesucristo, como Señor y Salvador; para recuperar nuestro estatus perdido, y dejar el mal atrás; enterrado en lo más profundo.  Allí en donde estará el destino final de Satanás:  en el Lago que arde con fuego y azufre. 

Esto lo confirma Apocalipsis 20:10:

Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.





miércoles, 1 de junio de 2016

CREACIÓN VS EVOLUCIÓN (V-1)



Suele suceder, cuando se plantea una discusión sobre el origen del universo, que existan individuos con posiciones encontradas.  Algunos creen que el Universo fue creado por un Dios todopoderoso, omnipotente, vivo y omnisciente, y otros asumen una postura más excéptica, alegando que la existencia de Dios es imposible de comprobar y que los que aceptan el creacionismo, suelen ser personas incultas, ignorantes y hasta ingenuas. 

Muchas de estas personas toman para sí los postulados de la ciencia y los asumen y aceptan como una verdad absoluta, e irrefutable.  Postulados tales como la teoría del big-bang, que la tierra tiene millones de años o que el hombre desciende del mono, son defendidos con verdadera vehemencia por aquellos que aman el método científico.  Ellos están plenamente convencidos de la veracidad de estas afirmaciones de la ciencia y de su cuasi infalibilidad.


¿Pero cómo funciona la ciencia?:

Un  día, un individuo llamado “científico, investigador, etc”. , imagina, razona, analiza y piensa, como ocurrieron u ocurren ciertos eventos.  Ipso facto,  elabora una teoría, sobre cómo pudo producirse el hecho que investiga.  Luego, crea una serie de Hipotesis, que indican con más precisión cómo (razona o imagina él) ocurrieron u ocurren ciertos eventos.  Paso siguiente, inicia su investigación teórica y/o de campo para comprobar a ciencia cierta si los eventos se han producido de la forma como lo plantea en sus hipótesis, o sea, si se han sucedido como él lo ha razonado.  Hasta aquí, todo bien.

Sin embargo, cuando se trata de investigar cómo se inició el universo, o qué edad tiene el planeta tierra, los científicos han encontrado muchos tropiezos, pues no han podido establecer un método o técnica, lo suficientemente eficiente y precisa, como para retrotraerse al origen de todas las cosas.

Es cierto que muchos investigadores han realizado grandes aportes al conocimiento humano, sin embargo; no es menos cierto que otros, se han dedicado a elaborar teorías, tras teorías para tratar de explicar, utilizando la metodología científica, y comprobar lo que simplemente por nuestra condición humana no podemos.

Antes de realizar esta narrativa, me ocupé de investigar sobre los postulados científicos que tratan de explicar el origen del universo, la edad de la tierra, e indagué sobre la teoría de la evolución.  Lo que me sirvió para darme cuenta, que la ciencia, es altamente sensible y variable.  Que lo que hoy es asumido como la gran y última verdad, en menos de diez años, deja de serlo, dando paso a una nueva teoría, o a un nuevo postulado emitido por el científico de moda, para el momento. 

No deja de sorprenderme entonces la actitud de muchas personas que defienden a ultranza los planteamientos científicos, y con mucha ligereza y falta de tacto, califican de ignorantes a aquellos que hemos decidido aceptar la teoría de la creación por fé.

Pero, ¿para qué se necesita más fé?.  ¿Para creer en la teoría de la creación?.  O para creer en la ¿teoría de la evolución?. 

Ambas son teorías.  Darwin y los que le han sucedido, por ejemplo, no han podido comprobar de manera fehaciente que el hombre tal como es hoy día, haya descendido del mono.  Ciertamente han hallado restos fósiles de distintos tamaños y con variaciones en su morfología, como la famosa:   Lucy, sin embargo, los científicos, no han podido comprobar que descendemos del mono.  No hay forma de hacerlo, por cuanto no nos podemos retrotraer en el tiempo para analizar con veracidad los diferentes grupos humanos o no humanos (monos) que surgieron a través de la historia del planeta.  No es posible, porque no podemos viajar en el tiempo.  Tan sencillo como esto.  Hasta ahora, solo existen MULTIPLES SUPOSICIONES, nada en concreto.  Pues si la ciencia hubiese podido probar que descendemos del mono, y que las especies evolucionaron unas de otras totalmente diferentes, simplemente, la Teoría de la Evolución, hubiese dejado hace tiempo de ser una TEORÍA, para convertirse en un AXIOMA O LEY

Con respecto al origen y edad de la tierra, he investigado, y he quedado sorprendida por la cantidad de teorías y teorías que han surgido a lo largo del tiempo que tratan dar respuesta a esta interrogante.  Los científicos utilizan distintos métodos, tales como el uso de la radioactividad para medir la edad de las capas de corteza terrestre, o el uso del método de carbono catorce para calcular la edad de un fósil o elemento orgánico.  Sin embargo, ninguno de sus métodos resulta suficiente para poder probar sus teorías.

Y es que muchos científicos son especialistas, , especialistas en defender sus postulados a toda costa, especialistas en justificar sus teorías, y en llegar a afirmar inclusive que tienen validez, aún cuando sus propios métodos resultan ineficientes, para alcanzar medir variables de tan inmensa magnitud, como lo pueden ser, por ejemplo:   saber cuál fue el origen del universo, o cuál es la edad real de la tierra.

La ciencia, parte de suposiciones, que en muchos casos no pueden ser comprobadas.  Como en parte de las investigaciones que utilizan el método de carbono.  ¿Porqué no pueden ser comprobados?, porque cuando se utiliza este método, se debe contar con objetos referentes históricos que permitan comprobar que la muestra en estudio, pertenecía a un tiempo histórico determinado.  Si no se cuenta con estos referentes, no se puede afirmar que la muestra pertenece a una edad o época específica.  Otro elemento, lo es por ejemplo, el hecho de que la eficiencia en el resultado de las pruebas C14, tiene relación, con la estabilidad de los radioisótopos C14 contenidos en las muestras.  Para medir esta estabilidad, los científicos parten de la suposición de que la atmósfera terrestre era estable para las fechas (antiguas) investigadas, suponiendo que ésta se ha visto alterada solamente desde un tiempo para acá.  Pero ¿cómo pueden afirmar cosa semejante?.  Esto, también es una suposición.  Pues no podemos estar seguros de que sea cierto. Como se ve, no todo lo que brilla es oro.  Ni todo lo que promueven los científicos es verdad.

¿Para qué se necesita más fé, entonces?..  ¿Para creer en un sin fín  de postulados y teorías, que tratan todas ellas  de explicar lo que no hemos podido explicar?. ¿O para creer en la sencilla palabra de la Biblia, que habla acerca del origen de los cielos y la tierra y también del origen del hombre?.

A los que tildan de ignorantes a aquellos que hemos decidido aceptar por fe las explicaciones de la Bilbia, Yo les reto a que investiguen.  Pero eso sí, háganlo con sinceridad, buena disposición y muchas ganas.  Y se van a sorprender de lo encontrarán.

Cientos y cientos de teorías que explican todas estas cosas.   Ninguna comprobable realmente.

Cabe aquí pues mencionar lo que dice la palabra en Job 38:4


¿Dónde estabas tú cuando Yo fundaba la tierra?.  Házmelo saber, si tienes inteligencia.





sábado, 21 de mayo de 2016

CREACIÓN VS EVOLUCIÓN (V-2)









En una conversación que sostuve con un grupo de amigos, salió a relucir el tema de ¿Cómo surgieron todas las cosas?.  y ¿cuál teoría es la verdadera?:  Si ¿La teoría de la Creación?, o la ¿Teoría de la Evolución?
En la misma medida en que se iba desarrollando dicha conversación, no pude evitar hacerme con sinceridad las mismas preguntas.
Mis amigos me afirmaban que los científicos tenían razón, y que la teoría darwiniana de la evolución era la válida, la verdadera; puesto había sido suficientemente afirmado que la tierra tenía millones de años y que las especies de animales que en ella habitan, habían evolucionado a partir de otros con características diferentes, con el pasar del tiempo.
A raíz de esto decidí investigar, y mientras lo hacía, me dí cuenta que la ciencia, más que comprobar fehaciente y realmente lo que afirma, en muchos casos, no ha hecho sino argumentar, con verdadera inteligencia; haciéndonos luego ver sus teorías, como verdades absolutas e irrefutables. 
Hoy por hoy, considero que muchos, muchos científicos sí son expertos; pero expertos en argumentar  favorablemente; más que, en comprobar, sus propios postulados y razonamientos.  
Verdad había en las palabras de un pastor que oí hace algún tiempo al decir que los argumentos de los científicos solían presentarse, en muchas ocasiones, más o menos, de la siguiente manera:  

El hombre de ciencia comienza por hacer, por ejemplo, la afirmación siguiente -"Se ha estudiado y calculado que la roca X tiene 250 millones de años"-   Luego, si usted pregunta  Sí, ¿y cómo usted lo calcula o comprueba?.  El científico le responde -Tiene 250 millones de años, porque fue hallada en exploraciones arqueológicas junto a un material orgánico al que también, le hemos calculado 250 millones de años, mediante una técnica científica denominada:  Carbono 14.    Sí; le vuelve a preguntar Usted,  -¿y como esa prueba comprueba que ese material orgánico tiene 250 millones de años?-.  A lo que el científico responde:  Por la estabilidad de los radioisótopos C14, que encontramos en él-.  Así, usted cuestiona y pregunta, y el científico le argumenta; ustes vuelve a cuestionar, y el científico le continúa explicando una interminable cadena de postulados, teorías, argumentaciones y técnicas intrincadas y complejas. 

Luego, con esta cantidad de información y larga cadena de explicaciones, usted termina por creer que lo que dice el científico es la más absoluta verdad.

Sin embargo, es importante no olvidar, y tener en cuenta, que por más que esas teorías y técnicas de investigación complejas e intrincadas sean defendibles.  Una teoría, no es más que eso:  Una teoría.  Ésta podrá estar muy bien documentada y argumentada;  pero si no es comprobable, al final, seguirá siendo eso:  Una teoría;  pues de haberse podido comprobar; la misma hubiese ya dejado de ser lo que es, para convertirse en un axioma o una ley universal.

Un ejemplo, evidente este tipo de trampas de la ciencia es el que podemos observar en el caso de la utilización de la técnica del Carbono 14.  

Cuando se calcula la edad de un material orgánico, los científicos parten del supuesto (creencia...), de que la atmósfera, para la época en la que se estima existió dicho material gozaba de estabilidad.  Pero; ¿Cómo se puede afirmar tal cosa?.  

Este punto de partida, o suposición, de por sí vicia los posibles resultados.  Pues, ¿Podemos acaso regresar en el tiempo  para evaluar la atmósfera de la época en la que creció o se generó el material orgánico que estudiamos?.  Y de ser esto posible:  ¿A cuál época nos regresaríamos si no sabemos aún a cuál época perteneció dicho material, al cual precisamente estamos tratando de calcularle la edad?.

Como se ve: es la historia del huevo y la gallina, ¿quién fue primero, la gallina o el huevo?.  En este caso:  ¿cómo sé que la atmósfera era estable en una época que ni siquiera conozco o no he podido calcular?. ¿Cómo calculo cuántos años tiene un material orgánico, si no puedo estar segura de que la atmósfera era estable realmente para el tiempo en el que el mismo creció o se formó?.  O cómo calculo la edad de dicha materia orgánica, cuando se trata de millones de años, si no tengo otros objetos referentes históricos que me permitan medir el paso del tiempo?. ¿Con qué lo comparo?. ¿¿¿¿¿....????.

Como se aprecia, en este caso particular, los científicos parten de un supuesto, para al final afirmar una verdad, que dicho sea de paso, no es comprobable. 

Muchos científicos son expertos en argumentar, diseñar técnicas y crear métodos de investigación.  Sin embargo, si usted, tras toda su gama de argumentaciones, técnicas y fórmulas químicas y matemáticas, les dice:   !Compruébelo a un 100%!, comenzarán a manejarse con:  la teoría de la probabilidad; o sea, la probabilidad de que....  


Si; esa historia del huevo y la gallina, los científicos han sabido manejarla muy bien, tanto, que han logrado ganar una multitud de adeptos a ultranza, convencidos de que la ciencia siempre tiene la más absoluta razón y que sus postulados y teorías son irrebatibles, pues la misma cuenta con métodos de investigación, confiable   (¿?).  El método científico.
Sin embargo, le invito, mi respetado amigo, a que comience su investigación.

!Anímese!. Investigue sobre temas tan trascendentes, como por ejemplo: ¿Cómo se calcula la edad de la tierra?, o ¿Si los dinosaurios existieron conjuntamente con el hombre?, o mejor aún sobre la teoría de la evolución.

A cada paso que avance, se dará cuenta de que los científicos argumentarán y argumentarán, para darle validez y credibilidad a sus teorías, pero, al final, siempre estarán partiendo de y generando conclusiones sobre la base de una teoría.   Pues el hecho verdadero es que ningún científicos puede negar o afirmar a ciencia cierta cuál es la edad de la tierra, si los dinosaurios existieron o no juntamente con el hombre, o la veracidad de la teoría de la evolución.

Y es que para aceptar esta teoría, en un punto del camino, que generalmente se encuentra al principio, se necesita tener más fe que para aceptar la Teoría de la Creación. Y si lo duda, lo invito a investigar entonces, cuántas teorías han surgido para respaldar la teoría de la evolución, o para respaldar la teoría de que la tierra tiene millones de años.

Al hacerlo, podrá apreciar cómo cada científico gusta de derrumbar con sus argumentos, los argumentos del científico que le precedió, y éste último vuelve a ser rebatido, por algún otro que formula una nueva teoría o que simplemente le compite. 

Revise, le invito de buena fe a que investigue bien, y probablemente se sorprenderá de lo que encontrará.
Encontrará montones, cientos, miles, y tal vez millones de explicaciones, argumentos, razonamientos, fórmulas matemáticas y químicas, que justifican todas estas teorías, pero, en algún punto entre toda la gama de explicaciones, argumentos y razonamientos, también encontrará, como antes le mencioné, la suposicion de..., o en otras palabras, la creencia de que..., 
Personalmente, respeto el sincero intento de muchos científicos en tratar de darle explicación a muchas preguntas que hasta ahora no han podido ser respondidas.  Pero no creo que necesariamente, la ciencia, deba ser la poseedora de la última palabra; pues cuando uno evalúa lo antes expuesto, se da cuenta, de que muchas veces hace falta tanta fé para aceptar como valida la teoría de la evolución, como para creer que el Universo fue creado por un Dios, Omnisciente, Omnipotente, y Todopoderoso.

Por ello me sorprende, cuando los defensores de la ciencia se burlan y tratan de ignorantes a los que han decidido aceptar por fe el creacionismo. Me sorprende, sí, ver como cómo muchos seres humanos están dispuestos a creer en cualquier cosa que les diga la ciencia, aunque no lleguen ni siquiera a entenderlo y mucho menos consigan comprobarlo. Muchas veces, para tan solo negar la existencia de Dios.

Y es que muchos, no quieren asumir la responsabilidad que como seres humanos les toca, Y le responden a Dios con la misma respuesta que le dieron Adán y Eva, cuando pecaron: ocultándose, desecentendiéndose, y excusándose.
Respeto los avances que se han logrado gracias a la ciencia, pero ésta no es poseedora exclusiva de la verdad.  

A veces hay que reflexionar un poco y evaluar, para conocer en qué estamos creyendo, sin dudar. 

Si al final nos damos cuenta que aceptamos lo que se diga per se, esa será nuestra decisión y responsabilidad.  

Así como los cristianos no podemos comprobar la existencia de Dios, cientìficamente; los cientificistas no pueden negarla.  Entonces quedamos tabla.  

Al final, tanto para los unos, como para los otros, se trata de una decisiòn de fè. 



Recordemos lo que dice la Biblia en Job 38:4

¿Dónde estabas tú cuándo Yo fundaba la tierra?.  Házmelo saber, si tienes inteligencia.