sábado, 21 de mayo de 2016

CREACIÓN VS EVOLUCIÓN (V-2)









En una conversación que sostuve con un grupo de amigos, salió a relucir el tema de ¿Cómo surgieron todas las cosas?.  y ¿cuál teoría es la verdadera?:  Si ¿La teoría de la Creación?, o la ¿Teoría de la Evolución?
En la misma medida en que se iba desarrollando dicha conversación, no pude evitar hacerme con sinceridad las mismas preguntas.
Mis amigos me afirmaban que los científicos tenían razón, y que la teoría darwiniana de la evolución era la válida, la verdadera; puesto había sido suficientemente afirmado que la tierra tenía millones de años y que las especies de animales que en ella habitan, habían evolucionado a partir de otros con características diferentes, con el pasar del tiempo.
A raíz de esto decidí investigar, y mientras lo hacía, me dí cuenta que la ciencia, más que comprobar fehaciente y realmente lo que afirma, en muchos casos, no ha hecho sino argumentar, con verdadera inteligencia; haciéndonos luego ver sus teorías, como verdades absolutas e irrefutables. 
Hoy por hoy, considero que muchos, muchos científicos sí son expertos; pero expertos en argumentar  favorablemente; más que, en comprobar, sus propios postulados y razonamientos.  
Verdad había en las palabras de un pastor que oí hace algún tiempo al decir que los argumentos de los científicos solían presentarse, en muchas ocasiones, más o menos, de la siguiente manera:  

El hombre de ciencia comienza por hacer, por ejemplo, la afirmación siguiente -"Se ha estudiado y calculado que la roca X tiene 250 millones de años"-   Luego, si usted pregunta  Sí, ¿y cómo usted lo calcula o comprueba?.  El científico le responde -Tiene 250 millones de años, porque fue hallada en exploraciones arqueológicas junto a un material orgánico al que también, le hemos calculado 250 millones de años, mediante una técnica científica denominada:  Carbono 14.    Sí; le vuelve a preguntar Usted,  -¿y como esa prueba comprueba que ese material orgánico tiene 250 millones de años?-.  A lo que el científico responde:  Por la estabilidad de los radioisótopos C14, que encontramos en él-.  Así, usted cuestiona y pregunta, y el científico le argumenta; ustes vuelve a cuestionar, y el científico le continúa explicando una interminable cadena de postulados, teorías, argumentaciones y técnicas intrincadas y complejas. 

Luego, con esta cantidad de información y larga cadena de explicaciones, usted termina por creer que lo que dice el científico es la más absoluta verdad.

Sin embargo, es importante no olvidar, y tener en cuenta, que por más que esas teorías y técnicas de investigación complejas e intrincadas sean defendibles.  Una teoría, no es más que eso:  Una teoría.  Ésta podrá estar muy bien documentada y argumentada;  pero si no es comprobable, al final, seguirá siendo eso:  Una teoría;  pues de haberse podido comprobar; la misma hubiese ya dejado de ser lo que es, para convertirse en un axioma o una ley universal.

Un ejemplo, evidente este tipo de trampas de la ciencia es el que podemos observar en el caso de la utilización de la técnica del Carbono 14.  

Cuando se calcula la edad de un material orgánico, los científicos parten del supuesto (creencia...), de que la atmósfera, para la época en la que se estima existió dicho material gozaba de estabilidad.  Pero; ¿Cómo se puede afirmar tal cosa?.  

Este punto de partida, o suposición, de por sí vicia los posibles resultados.  Pues, ¿Podemos acaso regresar en el tiempo  para evaluar la atmósfera de la época en la que creció o se generó el material orgánico que estudiamos?.  Y de ser esto posible:  ¿A cuál época nos regresaríamos si no sabemos aún a cuál época perteneció dicho material, al cual precisamente estamos tratando de calcularle la edad?.

Como se ve: es la historia del huevo y la gallina, ¿quién fue primero, la gallina o el huevo?.  En este caso:  ¿cómo sé que la atmósfera era estable en una época que ni siquiera conozco o no he podido calcular?. ¿Cómo calculo cuántos años tiene un material orgánico, si no puedo estar segura de que la atmósfera era estable realmente para el tiempo en el que el mismo creció o se formó?.  O cómo calculo la edad de dicha materia orgánica, cuando se trata de millones de años, si no tengo otros objetos referentes históricos que me permitan medir el paso del tiempo?. ¿Con qué lo comparo?. ¿¿¿¿¿....????.

Como se aprecia, en este caso particular, los científicos parten de un supuesto, para al final afirmar una verdad, que dicho sea de paso, no es comprobable. 

Muchos científicos son expertos en argumentar, diseñar técnicas y crear métodos de investigación.  Sin embargo, si usted, tras toda su gama de argumentaciones, técnicas y fórmulas químicas y matemáticas, les dice:   !Compruébelo a un 100%!, comenzarán a manejarse con:  la teoría de la probabilidad; o sea, la probabilidad de que....  


Si; esa historia del huevo y la gallina, los científicos han sabido manejarla muy bien, tanto, que han logrado ganar una multitud de adeptos a ultranza, convencidos de que la ciencia siempre tiene la más absoluta razón y que sus postulados y teorías son irrebatibles, pues la misma cuenta con métodos de investigación, confiable   (¿?).  El método científico.
Sin embargo, le invito, mi respetado amigo, a que comience su investigación.

!Anímese!. Investigue sobre temas tan trascendentes, como por ejemplo: ¿Cómo se calcula la edad de la tierra?, o ¿Si los dinosaurios existieron conjuntamente con el hombre?, o mejor aún sobre la teoría de la evolución.

A cada paso que avance, se dará cuenta de que los científicos argumentarán y argumentarán, para darle validez y credibilidad a sus teorías, pero, al final, siempre estarán partiendo de y generando conclusiones sobre la base de una teoría.   Pues el hecho verdadero es que ningún científicos puede negar o afirmar a ciencia cierta cuál es la edad de la tierra, si los dinosaurios existieron o no juntamente con el hombre, o la veracidad de la teoría de la evolución.

Y es que para aceptar esta teoría, en un punto del camino, que generalmente se encuentra al principio, se necesita tener más fe que para aceptar la Teoría de la Creación. Y si lo duda, lo invito a investigar entonces, cuántas teorías han surgido para respaldar la teoría de la evolución, o para respaldar la teoría de que la tierra tiene millones de años.

Al hacerlo, podrá apreciar cómo cada científico gusta de derrumbar con sus argumentos, los argumentos del científico que le precedió, y éste último vuelve a ser rebatido, por algún otro que formula una nueva teoría o que simplemente le compite. 

Revise, le invito de buena fe a que investigue bien, y probablemente se sorprenderá de lo que encontrará.
Encontrará montones, cientos, miles, y tal vez millones de explicaciones, argumentos, razonamientos, fórmulas matemáticas y químicas, que justifican todas estas teorías, pero, en algún punto entre toda la gama de explicaciones, argumentos y razonamientos, también encontrará, como antes le mencioné, la suposicion de..., o en otras palabras, la creencia de que..., 
Personalmente, respeto el sincero intento de muchos científicos en tratar de darle explicación a muchas preguntas que hasta ahora no han podido ser respondidas.  Pero no creo que necesariamente, la ciencia, deba ser la poseedora de la última palabra; pues cuando uno evalúa lo antes expuesto, se da cuenta, de que muchas veces hace falta tanta fé para aceptar como valida la teoría de la evolución, como para creer que el Universo fue creado por un Dios, Omnisciente, Omnipotente, y Todopoderoso.

Por ello me sorprende, cuando los defensores de la ciencia se burlan y tratan de ignorantes a los que han decidido aceptar por fe el creacionismo. Me sorprende, sí, ver como cómo muchos seres humanos están dispuestos a creer en cualquier cosa que les diga la ciencia, aunque no lleguen ni siquiera a entenderlo y mucho menos consigan comprobarlo. Muchas veces, para tan solo negar la existencia de Dios.

Y es que muchos, no quieren asumir la responsabilidad que como seres humanos les toca, Y le responden a Dios con la misma respuesta que le dieron Adán y Eva, cuando pecaron: ocultándose, desecentendiéndose, y excusándose.
Respeto los avances que se han logrado gracias a la ciencia, pero ésta no es poseedora exclusiva de la verdad.  

A veces hay que reflexionar un poco y evaluar, para conocer en qué estamos creyendo, sin dudar. 

Si al final nos damos cuenta que aceptamos lo que se diga per se, esa será nuestra decisión y responsabilidad.  

Así como los cristianos no podemos comprobar la existencia de Dios, cientìficamente; los cientificistas no pueden negarla.  Entonces quedamos tabla.  

Al final, tanto para los unos, como para los otros, se trata de una decisiòn de fè. 



Recordemos lo que dice la Biblia en Job 38:4

¿Dónde estabas tú cuándo Yo fundaba la tierra?.  Házmelo saber, si tienes inteligencia.

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