Suele suceder, cuando se plantea una discusión sobre el origen del universo, que existan individuos con posiciones encontradas. Algunos creen que el Universo fue creado por un Dios todopoderoso, omnipotente, vivo y omnisciente, y otros asumen una postura más excéptica, alegando que la existencia de Dios es imposible de comprobar y que los que aceptan el creacionismo, suelen ser personas incultas, ignorantes y hasta ingenuas.
Muchas de estas personas toman
para sí los postulados de la ciencia y los asumen y aceptan como una verdad
absoluta, e irrefutable. Postulados
tales como la teoría del big-bang, que la tierra tiene millones de años o que
el hombre desciende del mono, son defendidos con verdadera vehemencia por
aquellos que aman el método científico.
Ellos están plenamente convencidos de la veracidad de estas afirmaciones
de la ciencia y de su cuasi infalibilidad.
¿Pero cómo funciona la ciencia?:
Un día, un individuo llamado “científico, investigador, etc”. ,
imagina, razona, analiza y piensa, como ocurrieron u ocurren ciertos
eventos. Ipso facto, elabora una
teoría, sobre cómo pudo producirse el hecho que investiga. Luego,
crea una serie de Hipotesis, que
indican con más precisión cómo (razona o imagina él) ocurrieron u ocurren
ciertos eventos. Paso siguiente, inicia su investigación teórica y/o de campo para
comprobar a ciencia cierta si los eventos se han producido de la forma como lo
plantea en sus hipótesis, o sea, si se han sucedido como él lo ha
razonado. Hasta aquí, todo bien.
Sin embargo, cuando se trata de
investigar cómo se inició el universo, o qué edad tiene el planeta tierra, los
científicos han encontrado muchos tropiezos, pues no han podido establecer un
método o técnica, lo suficientemente eficiente y precisa, como para
retrotraerse al origen de todas las cosas.
Es cierto que muchos
investigadores han realizado grandes aportes al conocimiento humano, sin
embargo; no es menos cierto que otros, se han dedicado a elaborar teorías, tras
teorías para tratar de explicar, utilizando la metodología científica, y
comprobar lo que simplemente por nuestra condición humana no podemos.
Antes de realizar esta narrativa,
me ocupé de investigar sobre los postulados científicos que tratan de explicar
el origen del universo, la edad de la tierra, e indagué sobre la teoría de la
evolución. Lo que me sirvió para darme
cuenta, que la ciencia, es altamente
sensible y variable. Que lo que
hoy es asumido como la gran y última verdad, en menos de diez años, deja de
serlo, dando paso a una nueva teoría, o a un nuevo postulado emitido por el
científico de moda, para el momento.
No deja de sorprenderme entonces la
actitud de muchas personas que defienden a ultranza los planteamientos
científicos, y con mucha ligereza y falta de tacto, califican de ignorantes a
aquellos que hemos decidido aceptar la teoría de la creación por fé.
Pero, ¿para qué se necesita más fé?.
¿Para creer en la teoría de la creación?. O para creer en la ¿teoría de la evolución?.
Ambas son teorías.
Darwin y los que le han sucedido, por ejemplo, no han podido comprobar
de manera fehaciente que el hombre tal como es hoy día, haya descendido del
mono. Ciertamente han hallado restos
fósiles de distintos tamaños y con variaciones en su morfología, como la
famosa: Lucy,
sin embargo, los científicos, no han podido comprobar que descendemos del
mono. No hay forma de hacerlo, por
cuanto no nos podemos retrotraer en el tiempo para analizar con veracidad los
diferentes grupos humanos o no humanos (monos) que surgieron a través de la
historia del planeta. No es posible,
porque no podemos viajar en el tiempo.
Tan sencillo como esto. Hasta
ahora, solo existen MULTIPLES
SUPOSICIONES, nada en concreto. Pues si la ciencia hubiese podido probar que
descendemos del mono, y que las especies evolucionaron unas de otras totalmente
diferentes, simplemente, la Teoría de la Evolución, hubiese dejado hace tiempo
de ser una TEORÍA, para
convertirse en un AXIOMA O LEY.
Con respecto al origen y edad de
la tierra, he investigado, y he quedado sorprendida por la cantidad de teorías
y teorías que han surgido a lo largo del tiempo que tratan dar respuesta a esta
interrogante. Los científicos utilizan
distintos métodos, tales como el uso de la radioactividad para medir la edad de
las capas de corteza terrestre, o el uso del método de carbono catorce para
calcular la edad de un fósil o elemento orgánico. Sin embargo, ninguno de sus métodos resulta
suficiente para poder probar sus teorías.
Y es que muchos científicos son
especialistas, sí, especialistas en
defender sus postulados a toda costa, especialistas en justificar sus teorías,
y en llegar a afirmar inclusive que tienen validez, aún cuando sus propios
métodos resultan ineficientes, para alcanzar medir variables de tan inmensa
magnitud, como lo pueden ser, por ejemplo:
saber cuál fue el origen del universo, o cuál es la edad real de la
tierra.
La ciencia, parte de
suposiciones, que en muchos casos no
pueden ser comprobadas. Como en parte
de las investigaciones que utilizan el método de carbono. ¿Porqué no pueden ser comprobados?, porque
cuando se utiliza este método, se debe contar con objetos referentes históricos
que permitan comprobar que la muestra en estudio, pertenecía a un tiempo
histórico determinado. Si no se cuenta
con estos referentes, no se puede afirmar que la muestra pertenece a una edad o
época específica. Otro elemento, lo es
por ejemplo, el hecho de que la eficiencia en el resultado de las pruebas C14,
tiene relación, con la estabilidad de los radioisótopos C14 contenidos en las
muestras. Para medir esta estabilidad,
los científicos parten de la suposición de que la atmósfera terrestre era
estable para las fechas (antiguas) investigadas, suponiendo que ésta se ha
visto alterada solamente desde un tiempo para acá. Pero ¿cómo
pueden afirmar cosa semejante?. Esto,
también es una suposición. Pues no podemos estar seguros de que sea
cierto. Como se ve, no todo lo que
brilla es oro. Ni todo lo que
promueven los científicos es verdad.
¿Para qué se necesita más fé,
entonces?.. ¿Para creer en un sin
fín de postulados y teorías, que tratan
todas ellas de explicar lo que no hemos
podido explicar?. ¿O para creer en la sencilla palabra de la Biblia, que habla acerca
del origen de los cielos y la tierra y también del origen del hombre?.
A los que tildan de ignorantes a
aquellos que hemos decidido aceptar por fe las explicaciones de la Bilbia, Yo
les reto a que investiguen. Pero eso sí,
háganlo con sinceridad, buena disposición y muchas ganas. Y se van a sorprender de lo encontrarán.
Cientos y cientos de teorías que
explican todas estas cosas. Ninguna
comprobable realmente.
Cabe aquí
pues mencionar lo que dice la palabra en Job 38:4
¿Dónde
estabas tú cuando Yo fundaba la tierra?.
Házmelo saber, si tienes inteligencia.

No hay comentarios:
Publicar un comentario