lunes, 23 de enero de 2017

¿Cuál Versión de la Biblia es la más confiable?

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Contribuir a aclarar un tema tan delicado requiere primeramente que exploremos un poco sobre lo que han sido los orígenes de este libro, y en la historia de su desarrollo.

La Biblia es el texto sagrado para todos los que nos consideramos cristianos.  La misma está integrada por un conjunto de libros que contienen historias que se remontan al mismo origen de nuestro planeta; a la creación del hombre,  y a la selección de un pueblo, el pueblo de Israel, como el principal receptor, testigo y transmisor del conocimiento de  Dios. Pueblo a través del cual Dios haría y cumpliría su promesa de redención a toda la raza humana.

En una civilización plagada de supersticiones, y prácticas de adoración a casi cualquier elemento  natural o cosa existente; los judíos vinieron a aportar la noción de un Dios, único, universal, todopoderoso y omnisciente.   

Desde los tiempos de Moisés, los judíos comenzaron a dejar testimonio escrito de su historia y de la experiencia de su conocimiento de ese Dios.  Estos testimonios escritos, se transmitieron de generación en generación hasta conformarse en lo que se conoce como el libro de la Tanaj; que contiene el libro de la Tora, o Libro de la Ley  (que Dios dictó a Moisés), los libros de los profetas o nebim y los escritos o ketubin.  Estos textos completos integran lo que nosotros los cristianos conocemos hoy día como nuestro Antiguo Testamento; conformado para los judíos por 24 libros y para nosotros, al desagruparlos, por 39.  Estos 24 libros, han sido los reconocidos  y aceptados por la autoridad judía como la escritura sagrada o textos verdaderamente inspirados por Dios. Los mismos, fueron escritos hasta aproximadamente 400 años A.C. Siendo Malaquías, el profeta con el cual cerraron los judios el canon de sus escrituras sagradas.  Hasta Malaquías, los judíos reconocieron la existencia de profetas en Israel.

Después de haber sido escrito y recopilado este último libro: el de Malaquías.  Se produjo un silencio de 400 años hasta el nacimiento de Jesús. Período que los historiadores han llamado intertestamentario.  

Con la vida y obra de Jesús, profeta judío, considerado por sus seguidores como el Hijo de Dios, se abre, un nuevo tiempo:  la era cristiana.  

Aunque la mayor parte de los judíos no creyeron en él ni lo reconocieron como el Mesías redentor que esperaban.  Jesús vino a cumplir, mediante su muerte expiatoria en la cruz, esa promesa de redención que Dios había dado a los hombres en el Antiguo Testamento. 

Después de la muerte de Jesús, sus apóstoles y los seguidores más cercanos de estos,  redactaron escritos que narraban su vida y obra; así como epístolas para la edificación, exhortación y educación de todos los creyentes que pasaron a constituir la nueva iglesia cristiana. Al agrupar los 27 escritos calificados como inspirados divinamente, se obtuvo lo que hoy conocemos como el Nuevo Testamento. 

Nuestra Biblia cristiana está compuesta pues por estos dos textos principales sagrados:  El Antiguo Testamento que proviene de la Tanaj hebrea y el Nuevo Testamento, que proviene de los escritos, inspirados por Dios a los apóstoles y a sus seguidores más cercanos. Estos son la palabra sagrada inspirada dada por Dios a los hombres:  La Santa Biblia.

Sin embargo; no para todos los que afirmamos ser cristianos la Biblia completa contiene 66 libros: 39 del Antiguo Testamento, más 27 del Nuevo Testamento.  Para los cristianos católicos la Biblia contiene 73 libros; o sea, 7 escritos adicionales. Pero ¿porqué?.  .

Cuando el Faraón Ptolomeo II Filadelfo, solicitó la primera traducción de los escritos sagrados judíos al idioma griego, al parecer, circulaban entre los judíos alejandrinos otros textos adicionales. Estos libros en su mayoría escritos en griego, no pertenecían a las escrituras sagradas tal como las reconocían los judíos de Israel; sin embargo, fueron incorporados en forma progresiva a la versión griega de las escrituras. Dichos libros han sido llamados tardíamente por Jerónimo de Estridón como libros Apócrifos, en el siglo IV; y aún más tardíamente, por la Iglesia Católica, como deuterocanónicos, en el siglo XVI, y  fueron 15 en total. 

Esta primera traducción de los escritos sagrados judíos al griego, se denominó Septuaginta o versión de los setenta, haciendo alusión a los 72 eruditos judíos que viajaron a Alejandría para realizarla. 

Hasta nosotros no han llegado los motivos verdaderos por los que los 15 libros apócrifos fueron incluidos en la primera traducción griega de la Biblia; pero este hecho fue el punto de partida para que surgieran dos posiciones encontradas.  La primera defendida por algunos padres de la iglesia como Jerónimo de Estridón, planteaba que solo debían reconocerse como escrituras sagradas inspiradas los mismos 24  libros que la tradición y la autoridad judía reconocían.  La segunda posición, defendía el que los libros apócrifos debían formar parte de las escrituras sagradas.

De los 15 libros que inicialmente se agregaron a la Septuaginta, 5 fueron excluidos con la primera traducción de la biblia griega al latín, quedando tan solo 10. Y los otros tres fueron dejados fuera en el Concilio de Trento, efectuado en Roma en 1545. En este concilio se fijó definitivamente el canón de la Biblia para la Iglesia Católica. Quedando el Antiguo Testamento católico con 7 de los 15 libros apócrifos originales, incluidos. Estos libros son:  El libro de Tobías, El libro de la Sabiduría, El Libro de Judit, El libro de Baruc, El Libro de Eclesiástico, El libro 1° de Macabeos, El libro 2° de Macabeos, y adiciones a los libros bíblicos de Ester y Daniel.  

El hecho de que la Iglesia Católica decidiera incluir tan solo 7 de los 15 libros apócrifos, implica el reconocimiento tácito por parte de la misma de que los libros apócrifos, no son libros escritos bajo inspiración divina; pues de serlo, ¿porqué habrían de incluir  7 y excluir los otros 8?.  ¿Cuál fue el criterio predominante para tal decisión?. ¿Porqué algunos formaron parte del canon católico y otros no?.  Todo cristiano sincero debería hacerse estas mismas preguntas. 

También cabe preguntarse lo siguiente:  ¿por qué la Iglesia hoy Católica defendió con tanta vehemencia la inclusión de estos libros apócrifos?. 

Existen muchas razones.  Una de ellas es que los mismos contienen versículos que apoyan sus posturas en relación a temas tan interesantes y trascendentes, como:  la existencia del purgatorio, y el que a través de la limosna se puedan expiar los pecados, entre otras.  Así, halló justificación a muchas de sus actuaciones. Una de estas actuaciones, fue la venta de indulgencias a los fieles, con las cuales les garantizaban a los ingenuos creyentes, la remisión de las penas de carácter temporal que debían expiar; ya sea aquí, durante su vida terrenal o en el purgatorio. Este hecho ampliamente conocido fue reprobado con mucha fuerza por Martín Lutero, padre del movimiento protestante, en el siglo XVI, por considerar que no tenía ningún fundamento bíblico. Lutero, basándose en la biblia, sostuvo que solo Dios puede justificar a los pecadores, y que el arrepentimiento bastaba para lograr la remisión de las penas. La postura de la Iglesia Católica a favor de la remisión de pecados mediante la limosna, contradice la doctrina verdaderamente esencial de la expiación de los pecados por medio del sacrificio sustitutivo de Cristo.  

Considerando estos hechos, podemos apreciar cómo desde el principio del surgimiento del cristianismo, ya existían posiciones encontradas en cuanto a cuáles libros deberían ser verdaderamente considerados como las escrituras sagradas inspiradas por Dios. 

En el siglo XVI, Lutero, asume la misma posición de Jerónimo y otros padres de la iglesia, al considerar que los libros apócrifos o deuterocanónicos, no debían ser incluidos como parte del canon del Antiguo Testamento.  Él adujo que la única  fuente autoritativa en cuanto al Antiguo Testamento debía ser la judía; a quienes le fue confiada la palabra originalmente;  reconociendo que tan solo los 24 libros de la Tanaj, eran los inspirados.  

Por esta razón, las biblias cristianas evangélicas están integradas hoy día por 66 libros:  39 para el Antiguo Testamento y 27 para el Nuevo Testamento. Y las biblias católicas por 73:  46 para el Antiguo Testamento y los mismos 27 para el Nuevo Testamento, con respecto al cual sí existió acuerdo.



LOS MANUSCRITOS 

A partir de los textos autógrafos  u originales,  las escrituras sagradas tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, comenzaron a ser copiadas en escritos denominados manuscritos.  (término que proviene del latín  "manu scriptum" que significa copiado a mano).

Para la retransmisión de los textos sagrados, la comunidad judía contaba al principio con escribas o copistas, y posteriormente con especialistas llamados soferines (400 a.C. a 200 d.C.) y masoretas (500 d.C. a 950 d.C.).  Estos daban una alta importancia a la preservación inmaculada de la palabra de Dios, y eran  hombres expertos en la realización de tan delicada y detallista labor. Manejando normas muy específicas y estrictas para garantizar que una copia fuera literalmente idéntica a su original; evitando así alteraciones en los documentos.  Estos hombres,  dedicaban sus vidas enteras a la labor de transcripción.  Y fueron precisamente los masoretas, los responsables de compilar el llamado texto masorético, el texto verdaderamente más confiable del Antiguo Testamento.  

Entre los no judíos, la situación era un tanto diferente.  Pues los responsables de realizar tal labor, no siempre contaban con tan alta formación o preparación; no estando excentos de generar errores por omisiónes, descuidos e inclusive en ocasiones por la intervención directa, voluntaria e intencionada del responsable transcriptor.

En el caso del Nuevo Testamento, las diferentes localidades de habla griega hacia donde se fueron extendiendo las sagradas escrituras, les imprimieron características diferenciadoras; tales como el estilo del griego utilizado, entre otras.  Estas características, les han permitido a los expertos catalogar y clasificar la gran cantidad de manuscritos (más de 5.000), que han llegado hasta nuestros días, en lo que han denominado como  "familias de textos".

Contamos pues con cuatro familias o tipos de textos griegos: 

1. El TEXTO OCCIDENTAL

Es un texto divergente de los demás, con tendencia a utilizar paráfrasis y expresiones libres. Es muy antiguo. Tiende a armonizar, y en ocasiones evita lo que puede desconcertar.  Corriente en Europa, África del Norte, Egipto y otras partes.  Los manuscritos más representativos de este tipo de texto son:  

- El códice Bezae, del siglo V o VI, 
- El códice Claromontanus, del siglo VI, y 
- El códice Washingtonianus, del final del siglo IV

2.   EL TEXTO CESARIENSE

Parece haberse originado en Egipto. Está respaldado por el papiro Chéster Beatty 45. Fue llevado por Orígenes a Cesarea, donde fue utilizado por Eusebio y otros. De Cesarea fue llevado a Jerusalén, donde fue usado por Cirilo y por armenios que en épocas tempranas tenían una colonia en Jerusalén. Presenta un texto mixto y solamente ha podido ser identificado en los Evangelios. 

3. EL TEXTO ALEJANDRINO

También llamado neutral o egipcio. Tienden a ser antiguos, pero son una minoría comparados a los demás manuscritos, y contienen más variantes textuales entre sí que el Texto Bizantino.   Algunos de sus manuscritos omiten versículos enteros que se encuentran en manuscritos bizantinos. Ciertos manuscritos Alejandrinos contienen libros apócrifos. Son breves y austeros, es decir, presentan el texto mas corto. Dos de los principales textos Alejandrinos son:

- El códice Vaticano y

- El códice Sinaítico


 4. EL TEXTO BIZANTINO:

Fue el más difundido y aceptado. Representa mayormente el conjunto de manuscritos del Nuevo Testamento en griego medieval; con letras corridas pequeñas y signos de puntuación, acentos y tildes.

Se denomina "Texto Bizantino" porque la mayor parte de los manuscritos fueron escritos y distribuidos durante el Imperio Bizantino. Aunque existen evidencias de la antigûedad de este tipo de texto (Biblias Peshitta, 170 a.C. e Italica 250 a.C.). La mayoría de los manuscritos datan del siglo VIII al XII y provienen de muchos escritores cristianos no católicos que no estaban de acuerdo con la política religiosa católica y su biblia latina "La Vulgata".  Estos transcriptores decidieron preservar el Nuevo Testamento en su lengua original  (el griego), obteniendo sus copias de manuscritos unciales distribuidos por el Asia Menor; en donde demás está decir se inició el desarrollo del cristianismo. Estos manuscritos sufrieron una fuerte persecución católica.  Actualmente se cuenta con aproximadamente 5.000 manuscritos de este tipo, razón por la cual se le da también el nombre de Texto Mayoritario. (Ministerio Apoyo Bíblico, 2012).

Tienen una coincidencia entre sí de un 93%, y el 7% de no coincidencia no se debe a modificaciones del texto, sino más bien a la existencia de espacios en blanco que deben ser completados.

Más del 90% de los manuscritos con que se cuenta en la actualidad provienen de esta familia de los bizantinos.  Los textos bizantinos son armónicos y suelen aparecer completos. También se le llama texto Sirio, Koiné, Eclesiástico o Antioqueño.  Su mejor representante hoy es el códice Alejandrino (en los evangelios) y la gran masa de manuscritos minúsculos (llamados así porque fueron escritos en letras minúsculas).  Además, ha sido llamado a través del tiempo con seis nombres diferentes:

-  Texto Bizantino
-  Texto Imperial
-  Texto Tradicional
-  Texto de la Reforma
-  Texto Mayoritario
-  Texto Recibido o Textus Receptus, nombre con el que se dio a conocer en el siglo XVII.

De la traducción de los manuscritos griegos de estas familias textuales es que provienen nuestras actuales biblias.  Especialmente de los textos de la familia de los alejandrinos y de la de los bizantinos.

Pero ¿Cuál de estas familias de textos podría asegurarse se acerca más en todos los aspectos a las escrituras autógrafas u originales?.

Actualmente existe mucha discusión en cuanto a precisar cuál de ellos se ajusta más fielmente a los textos originales. 

Algunos, dan más relevancia, por ejemplo, a la antigüedad de los manuscritos. Afirmando  que los más antiguos son los más cercanos a los textos autógrafos: (Estos hacen alusión principalmente a los textos Alejandrinos,  Vaticano y Sinaítico).  Otros, hacen referencia al cuidado que debe tenerse en la selección de los textos; pues la antigüedad de un manuscrito no garantiza la fidelidad de su información.  Para estos es importante que los textos, independientemente de su antigüedad, sean sin corrupción; o sea, no deben estar adulterados, lo que garantiza su fidelidad a los textos originales. Ellos hacen alusión principalmente al Texto Bizantino.

Revisemos entonces el proceso de generación de las distintas versiones de la biblia que están a nuestro alcance hoy en día.



TEXTUS RECEPTUS O TEXTO RECIBIDO

En 1516, Erasmo de Róterdam (1466-1536), Erudíto Holandés, publicó la primera edición de un texto griego del Nuevo Testamento basado fundamentalmente en manuscritos de la familia de los bizantinos o mayoritarios.  Los textos utilizados por Erasmo fueron los minúsculos,   1eap, 1rK, 2e, 2ap, 4ap, 7p y 817.2.    Al imprimir el texto griego con los métodos modernos  y ya no copiarlo, era lo más lógico que se emplearan los manuscritos griegos confiables que se habían usado mayormente, los textos bizantinos.    

Muchos críticos, especialmente de la Iglesia Católica han tratado a lo largo del tiempo de desmeritar el trabajo de Erasmo, centrándose en dos objeciones fundamentales:  La primera es que Erasmo utilizó para el trabajo no más de media docena de manuscritos tardíos del siglo X y siglo XII.  La segunda es que en la carrera por ser el primero en publicar, fue acusado de realizar un trabajo apurado, descuidado y falto de rigor. (Debido esto a que Jimenez de Cisneros (1436-1517) ya había impreso la Complutense Políglota, con su texto griego del Nuevo Testamento, y solo esperaba por la aprobación por parte del Papa en Roma  para publicarla). 

Si bien es cierto que el trabajo para la impresión del texto en griego se hizo rápidamente, al punto de que Erasmo no transcribió algunos de los manuscritos, sino que hizo anotaciones en los mismos para enviarlos a la imprenta en la carrera por publicar primero.  No es menos cierto que el resultado fue brillante, y aunque la primera edición contenía muchos errores tipográficos, en las ediciones posteriores se corrigieron estos errores, dedicando Erasmo los siguientes años de su vida a mejorar esta edición griega.

Sin embargo, para algunos de los críticos que centraban sus argumentos en que el problema principal era que la mayor parte del texto había sido tomada de manuscritos no muy antiguos, de los siglos X y XII, las correcciones a las ediciones posteriores no solucionaban el problema, para ellos de fondo. 

Quienes critican el trabajo de Erasmo basado en estos argumentos, no toman en cuenta que él debió haber tenido acceso, al Códice Vaticano, el cual reposaba en la biblioteca del Vaticano.  También tuvo acceso a D, el Codex Beza. Rechazó la Vulgata por la corrupción de los manuscritos alejandrinos usados en el siglo IV, y por las alteraciones infligidas al texto en Roma. 

Erasmo era un hombre versado, un erudito de su época, profundamente estudioso de las obras de Jerónimo y de los otros padres de la iglesia. Él prefirió trabajar con los textos bizantinos porque le resultaban más confiables.  Por lo tanto la crítica no debe centrarse en la edad de los manuscritos que utilizó, sino más bien en la confiabilidad de estos manuscritos en relación a los originales.  Los manuscritos que utilizó Erasmo fueron los más aceptados por los cristianos desde los primeros días de la iglesia.

Otra crítica que suele hacérsele a Erasmo es que en su tercera edición incluyó la Coma Juanina, al haberla encontrado en un falso manuscrito del siglo XVI. Lo que no es exactamente cierto.

Erasmo incluyó en su tercera edición a 1ª Juan 5:7-8 debido a las pruebas abrumadoras que la hacían parte de la Escritura  desde los primeros siglos. 

Por otra parte, se le critica a Erasmo el que haya insertado en su texto griego algunas lecturas de La Vulgata. Esto no tiene porque ser causa de objeción, pues lo hizo debido a que eran lecturas sencillas y correctas.

La versión griega de Erasmo del Nuevo Testamento  y sus subsecuentes ediciones fueron ampliamente difundidas. El editor parisino Robert Estienne (Stephanus en latín; 1503-1559) usó el texto de Erasmo para su edición griega del Nuevo Testamento en la cual introdujo por primera vez un aparato crítico (o lista de variantes). Teodoro Beza (1519-1605) también publicó nueve ediciones entre 1565 y 1604.

A partir de 1624, los hermanos Bonaventura y Abraham Elzevir, realizan siete ediciones del Nuevo Testamento en griego (1624-1678), para las que tomaron como base el texto griego de Erasmo de Róterdam.  Ellos  introducen por primera vez el término "Textus Receptus" o "Texto Recibido" en el prefacio de su segunda edición (1632) al incluir la frase:  "Textum ergo habes, nunc ab omnibus receptum, in quo nihil immutatum aut corruptum Damus” .  "Tenéis por lo tanto el texto ahora recibido por todos, en el cual no damos nada cambiado o corrompido".

Así, que "Textus Receptus" o "Texto Recibido", comienza a ser el nombre por el cual se da a conocer el Texto Tradicional como lo contienen las ediciones de Erasmo de Róterdam, Sthephanus, Teodoro Beza, y los hermanos Elzevir.  Como se observa, el texto griego de Róterdam tuvo mucha importancia.

El texto griego de Erasmo fue el texto reconocido y aceptado como normativo de la iglesia protestante; y la mayor parte de los reformadores,  lo usaron como base para sus traducciones. Entre estas tenemos la traducción al inglés de  William Tyndale, en 1525,  la de Martín Lutero al Alemán en 1534, Todas las Biblias en inglés del siglo XVI y XVII. La Biblia King James, publicada en 1611,  y la Biblia del Oso en español, de Casiodoro de Reina de 1569, revisada por Cipriano de Valera  en 1602, conocida hoy como la Biblia Reina-Valera, entre otras muchas más.  

El Textus Receptus a lo largo de los años ha sido objeto de múltiples críticas; especialmente provenientes de miembros de la Iglesia Católica. Algunos consideran que los manuscritos utilizados por Erasmo, eran pocos y de carácter tardío, por ser del siglo X y XII, alegando que existían los manuscritos mucho más antiguos y confiables del texto griego, como lo son los textos alejandrinos Vaticano y Sinaítico, del siglo IV.

Pero esto no es precisamente así. El texto Bizantino es un texto muy antiguo, de hecho, la versión siriaca llamada también Peshitta, hecha alrededor del año 170 d.C., seguía muy de cerca el texto bizantino. También, la de la iglesia gala del sur de Francia  (177 d.C.)  y la versión itálica  (250 d.C.) entre otras. 

Además, de acuerdo a exégetas bíblicos, existen más de 86.000 lecturas bizantinas en los escritos de los padres de la iglesia. Lo cual deja en evidencia que los textos bizantinos son textos muy antiguos; mucho más que los alejandrinos Vaticano y Sinaítico del siglo IV.  Uno de los padres de la Iglesia en dar testimonio en un tipo textual bizantino en citas importantes del Nuevo Testamento fue Juan Crisóstomo (346 — 407); aunque las obras fragmentarias que han sobrevivido de Asterio el Sofista († 341) también han sido consideradas conforme al texto bizantino. Crisóstomo y Asterio usaron el texto en un 75% de acuerdo al texto estándar bizantino.



EL TEXTO CRÍTICO

En 1870, los británicos, Westcott y Hort presentaron ante el Comité Revisor de la Biblia Rey Jaime (King James) un nuevo texto griego. A pesar de encontrar oposición inicial, pasados algunos años, sus ideas calaron en grupos de intelectuales.  Pronto su  texto griego al igual que sus teorías, comenzarían a formar parte de seminarios e institutos bíblicos, para terminar convirtiéndose en la opinión mayoritaria en los seminarios y universidades bíblicas tanto de Inglaterra como de Norteamérica.   

Westcott y Hort partieron de la concepción de que el Nuevo Testamento había sido preservado semi-perfecto en los códices alejandrinos Vaticano y Sinaítico, y los consideraban los mejores, además de los más antiguos. En este sentido se propusieron desplazar con su texto griego, tanto a la Biblia del Rey Jaime como al Textus Receptus.  De hecho Hort  juzgaba al Texto Recibido como un texto menos confiable, enseñando que  la Escuela de Antioquia (asociada con Luciano) había traducido ligeramente el verdadero texto de las Escrituras (siglo II d.C.). Lo que produjo un texto menos confiable que luego se transformó en el Texto Recibido, (Teoría de la Recensión Luciana).  Aunque Hort no tenía base para sustentar tal apreciación, sus ideas calaron al punto de ser asumidas como verdaderas por intelectuales cristianos de la época. 

Westcott y Hort encontraron importante oposición en el decano John Burgon y F.H.A. Scrivener

Posteriormente, el texto griego de Westcott y Hort, con algunas modificaciones introducidas por Eberhard Nestle y Kurt Aland se tradujo en lo que hoy se conoce como el Nuevo Testamento Griego Nestle-Aland, que es un texto crítico.  

Hoy por hoy, el Texto Critico Nestlé-Aland y el Nuevo Testamento Griego de las Sociedades Bíblicas Unidas, constituyen la base textual para traducir el Nuevo Testamento en casi cualquier lengua sea quien sea quien realice la traducción. Así además de servir para la Versión Popular-Dios Habla Hoy, y la Nueva Versión Internacional, ha sido utilizado por versiones católicas como la Biblia del Peregrino (1993) o la Biblia de la Casa de la Biblia (1993). Estas dos ediciones del texto griego, la Nestle-Aland y la de las Sociedades Bíblicas Unidas, realmente varían poco del texto de Westcott y Hort.

Pero:  ¿Es confiable este texto?.  ¿Sustituye debidamente el Texto Crítico, basado fundamentalmente en los códices alejandrinos: Sinaítico y Vaticano, al  tradicional Textus Receptus o Texto Recibido, basado en los textos bizantinos?

La respuesta es definitivamente NO. Pero ¿porqué?

Los argumentos más fuertes de Westcott y Hort en relación a la confiabilidad de los códices Vaticano y Sinaítico, base de su texto griego, era que estos por ser los más antiguos, eran los más confiables.  

Ambos argumentos son absolutamente rebatibles.

En primer lugar, estos textos si bien es cierto que datan del siglo IV, no es menos cierto que sufrieron intervenciones: el Còdice Vaticano en los siglos VIII y X, y el Sinaìtico en los siglos VI y VII, que ponen en tela de juicio su confiabilidad y fidelidad en relación a los textos autógrafos. 

En segundo lugar, y como se mencionó anteriormente, la presencia de los textos de tipo bizantino es mucho más antigua, remontándose inclusive al siglo II D.C. (Versión siriaca).

El Códice Vaticano, por ejemplo, que se encuentra en la biblioteca del vaticano desde el año 1481, ha sido cambiado en extremo. Muchos expertos afirman que se llegó a raspar la superficie de cuero del códice, para así borrar lo que estaba escrito tratándose de escribir nuevamente sobre el espacio obtenido, llegándose inclusive a poderse leer tanto lo previo como lo posterior. 

El códice Sinaítico por su parte, fue hallado en el Monasterio de Santa Catalina en el Monte Sinaí, por Konstantin Tischendorf, quien para su propia decepciòn encontrò que contenìa màs de 14.800 alteraciones. Omitía 4.000 palabras en los evangelios.  Añadìa 1.000 y cambiaba de lugar y alteraba 3.000. Ademàs, contenìa 1.500 lecturas que no aparecìan en ningùn otro manuscrito griego conocido hasta la fecha.  

Demàs està decir que las enmiendas, tachaduras e interpolaciones, en muchos casos, son totalmente visibles. 

Con respecto al Texto Mayoritario o Textus Receptus, estos Textos Minoritarios (códices Vaticano y Sinaítico), presentan alrededor de 7.580 diferencias  (omisiones, inclusiones, cambios, y eliminaciones de palabras)

Por otra parte, estos manuscritos minoritarios Vaticano y Sinaítico, no superan los 230 documentos y no alcanzan a tener un 65% de coincidencias entre ellos mismos.  Estos manuscritos además de estar en amplio desacuerdo con el Texto Tradicional, no están de acuerdo el uno con el otro, diferenciándose entre ellos tan solo en los evangelios alrededor de 3.000 veces, de acuerdo a lo que afirma Herman Hoskier (citado por M. Boyd, 2012).

Ademàs, los còdices Vaticano y Sinaìtico coinciden tan solo en un 5% con la gran masa de manuscritos existentes. A diferencia del Textus Receptus, que coincide con el 95% del resto de manuscritos. 



PERO ¿QUIENES ERAN WESCOTT Y HORT, INTRODUCTORES DEL NUEVO TEXTO GRIEGO O TEXTO CRÍTICO?

En principio, Westcot, mediante carta que escribió a Hort, declaró que el  rechazaba la "idea de la infalibilidad de la Biblia" y Hort lo avaló, en carta dirigida al Obispo Lightfoot.  

Podría decirse que Hort apoyaba la salvación por buenas obras, debido a que llamó "inmoral", la doctrina de la expiación sustitutiva. (Jesucristo, murió por nuestros pecados)

Westcott negó que Génesis 1 al 3 eran ciertos históricamente.

Ellos recibieron serias acusaciones de practicar el ocultismo, lo cual posiblemente tenía una base cierta, pues conjuntamente con el Obispo Edward White Benson, fundaron el Gremio Fantasmal, con el propósito de investigar fantasmas y apariciones sobrenaturales. Gremio que se convirtió en la Sociedad para la Investigación Psíquica. Resulta por demás interesante que Helen Lavatsky, fundadora del movimiento teosófico, escribiera reconociendo y elogiando este texto griego.


RESPONSABILIDAD DE LAS SOCIEDADES BÍBLICAS UNIDAS

Lamentablemente las sociedades bíblicas actuales, asesoradas e influenciadas por El Vaticano, decidieron dejar de lado el Textus Receptus, Bizantino o Mayoritario para adoptar un texto griego en el que predomina el Texto Minoritario, Vaticano y Sinaìtico. Y es un hecho que con este texto se están producciendo todas las nuevas versiones de la Biblia.  Tales como: la Nueva Versión Internacional, Dios Habla Hoy, La Biblia de Las Amèricas, Libro del Pueblo de Dios, Versión Recobro, Traducción Nuevo Mundo, Biblia Lenguaje Actual, y la Reina-Valera, revisiones 1972, 1989, 1995 y 2000.

Debido a los puntos de vista teològicos tan diferentes, en el pasado católicos y protestantes no trabajaban juntos en la traducción bíblica.  Sin embargo, ahora, con su vocación ecuménica, los católicos afirman que  ellos y los protestantes pueden trabajar juntos teniendo el mismo enfoque e interpretación. 

Omisiones contenidas en el Nuevo Testamento Griego de las Sociedades Bíblicas Unidas afectan doctrinas fundamentales de la fe tales como la deidad y el nacimiento virginal de Cristo, la expiación, y la Trinidad. Por ejemplo, en 1º Timoteo 3:16, se suprime la palabra "Dios", destruyendo el testimonio de que Jesús es Dios. En 1º Corintios 15:47, se quita la palabra "Señor" destruyendo el testimonio de la divinidad de Cristo. En Hebreos 1:3, se elimina "Por sí mismo", suprimiendo el testimonio de la expiación de Cristo, entre cientos de ejemplos. 

Por todas las razones expuestas en este escrito, y por otras muchas no mencionadas en él, es que se considera que el Nuevo Texto Griego de las Sociedades Bíblicas Unidas y el Texto Griego Nestlé-Aland, son textos corruptos. 

Inclusive para los trabajos de traducción se llega a la osadía de utilizar lo que ellos han llamado el método de equivalencia dinámica, con el que se pretende hacer que las Escrituras se ajusten al nivel de lectura y comprensión cultural del grupo de personas a quienes va dirigida la traducción. Realizando para ello importantes y numerosos cambios en las palabras utilizadas, lo que no deja de despertar un alerta.    

Esto no debería ser aceptado de ninguna manera, pues tenemos una altísima responsabilidad al traducir los textos, debiendo ser lo más fieles posibles a su verdadero significado; de lo contrario estamos modificando o cambiando la palabra de Dios. 

Al parecer, una gran parte de los líderes de las Sociedades Bíblicas Unidas actuales son teólogos modernistas que niegan el nacimiento virginal de Jesucristo, su deidad, y no creen que su sangre fue necesaria para la expiación del pecado del hombre. 

Si  queremos pues, seleccionar una biblia confiable, debemos tener en cuenta todo lo anterior.  Particularmente, prefiero seguir confiando en aquellas cuya base textual es el Textus Receptus y no el Texto Crítico.

Reina-Valera 1569, 1602, 1909, hasta la 1960 inclusive, (aunque esta ya presenta algunas variaciones significativas).


REFERENCIAS

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