lunes, 23 de enero de 2017

¿Cuál Versión de la Biblia es la más confiable?

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Contribuir a aclarar un tema tan delicado requiere primeramente que exploremos un poco sobre lo que han sido los orígenes de este libro, y en la historia de su desarrollo.

La Biblia es el texto sagrado para todos los que nos consideramos cristianos.  La misma está integrada por un conjunto de libros que contienen historias que se remontan al mismo origen de nuestro planeta; a la creación del hombre,  y a la selección de un pueblo, el pueblo de Israel, como el principal receptor, testigo y transmisor del conocimiento de  Dios. Pueblo a través del cual Dios haría y cumpliría su promesa de redención a toda la raza humana.

En una civilización plagada de supersticiones, y prácticas de adoración a casi cualquier elemento  natural o cosa existente; los judíos vinieron a aportar la noción de un Dios, único, universal, todopoderoso y omnisciente.   

Desde los tiempos de Moisés, los judíos comenzaron a dejar testimonio escrito de su historia y de la experiencia de su conocimiento de ese Dios.  Estos testimonios escritos, se transmitieron de generación en generación hasta conformarse en lo que se conoce como el libro de la Tanaj; que contiene el libro de la Tora, o Libro de la Ley  (que Dios dictó a Moisés), los libros de los profetas o nebim y los escritos o ketubin.  Estos textos completos integran lo que nosotros los cristianos conocemos hoy día como nuestro Antiguo Testamento; conformado para los judíos por 24 libros y para nosotros, al desagruparlos, por 39.  Estos 24 libros, han sido los reconocidos  y aceptados por la autoridad judía como la escritura sagrada o textos verdaderamente inspirados por Dios. Los mismos, fueron escritos hasta aproximadamente 400 años A.C. Siendo Malaquías, el profeta con el cual cerraron los judios el canon de sus escrituras sagradas.  Hasta Malaquías, los judíos reconocieron la existencia de profetas en Israel.

Después de haber sido escrito y recopilado este último libro: el de Malaquías.  Se produjo un silencio de 400 años hasta el nacimiento de Jesús. Período que los historiadores han llamado intertestamentario.  

Con la vida y obra de Jesús, profeta judío, considerado por sus seguidores como el Hijo de Dios, se abre, un nuevo tiempo:  la era cristiana.  

Aunque la mayor parte de los judíos no creyeron en él ni lo reconocieron como el Mesías redentor que esperaban.  Jesús vino a cumplir, mediante su muerte expiatoria en la cruz, esa promesa de redención que Dios había dado a los hombres en el Antiguo Testamento. 

Después de la muerte de Jesús, sus apóstoles y los seguidores más cercanos de estos,  redactaron escritos que narraban su vida y obra; así como epístolas para la edificación, exhortación y educación de todos los creyentes que pasaron a constituir la nueva iglesia cristiana. Al agrupar los 27 escritos calificados como inspirados divinamente, se obtuvo lo que hoy conocemos como el Nuevo Testamento. 

Nuestra Biblia cristiana está compuesta pues por estos dos textos principales sagrados:  El Antiguo Testamento que proviene de la Tanaj hebrea y el Nuevo Testamento, que proviene de los escritos, inspirados por Dios a los apóstoles y a sus seguidores más cercanos. Estos son la palabra sagrada inspirada dada por Dios a los hombres:  La Santa Biblia.

Sin embargo; no para todos los que afirmamos ser cristianos la Biblia completa contiene 66 libros: 39 del Antiguo Testamento, más 27 del Nuevo Testamento.  Para los cristianos católicos la Biblia contiene 73 libros; o sea, 7 escritos adicionales. Pero ¿porqué?.  .

Cuando el Faraón Ptolomeo II Filadelfo, solicitó la primera traducción de los escritos sagrados judíos al idioma griego, al parecer, circulaban entre los judíos alejandrinos otros textos adicionales. Estos libros en su mayoría escritos en griego, no pertenecían a las escrituras sagradas tal como las reconocían los judíos de Israel; sin embargo, fueron incorporados en forma progresiva a la versión griega de las escrituras. Dichos libros han sido llamados tardíamente por Jerónimo de Estridón como libros Apócrifos, en el siglo IV; y aún más tardíamente, por la Iglesia Católica, como deuterocanónicos, en el siglo XVI, y  fueron 15 en total. 

Esta primera traducción de los escritos sagrados judíos al griego, se denominó Septuaginta o versión de los setenta, haciendo alusión a los 72 eruditos judíos que viajaron a Alejandría para realizarla. 

Hasta nosotros no han llegado los motivos verdaderos por los que los 15 libros apócrifos fueron incluidos en la primera traducción griega de la Biblia; pero este hecho fue el punto de partida para que surgieran dos posiciones encontradas.  La primera defendida por algunos padres de la iglesia como Jerónimo de Estridón, planteaba que solo debían reconocerse como escrituras sagradas inspiradas los mismos 24  libros que la tradición y la autoridad judía reconocían.  La segunda posición, defendía el que los libros apócrifos debían formar parte de las escrituras sagradas.

De los 15 libros que inicialmente se agregaron a la Septuaginta, 5 fueron excluidos con la primera traducción de la biblia griega al latín, quedando tan solo 10. Y los otros tres fueron dejados fuera en el Concilio de Trento, efectuado en Roma en 1545. En este concilio se fijó definitivamente el canón de la Biblia para la Iglesia Católica. Quedando el Antiguo Testamento católico con 7 de los 15 libros apócrifos originales, incluidos. Estos libros son:  El libro de Tobías, El libro de la Sabiduría, El Libro de Judit, El libro de Baruc, El Libro de Eclesiástico, El libro 1° de Macabeos, El libro 2° de Macabeos, y adiciones a los libros bíblicos de Ester y Daniel.  

El hecho de que la Iglesia Católica decidiera incluir tan solo 7 de los 15 libros apócrifos, implica el reconocimiento tácito por parte de la misma de que los libros apócrifos, no son libros escritos bajo inspiración divina; pues de serlo, ¿porqué habrían de incluir  7 y excluir los otros 8?.  ¿Cuál fue el criterio predominante para tal decisión?. ¿Porqué algunos formaron parte del canon católico y otros no?.  Todo cristiano sincero debería hacerse estas mismas preguntas. 

También cabe preguntarse lo siguiente:  ¿por qué la Iglesia hoy Católica defendió con tanta vehemencia la inclusión de estos libros apócrifos?. 

Existen muchas razones.  Una de ellas es que los mismos contienen versículos que apoyan sus posturas en relación a temas tan interesantes y trascendentes, como:  la existencia del purgatorio, y el que a través de la limosna se puedan expiar los pecados, entre otras.  Así, halló justificación a muchas de sus actuaciones. Una de estas actuaciones, fue la venta de indulgencias a los fieles, con las cuales les garantizaban a los ingenuos creyentes, la remisión de las penas de carácter temporal que debían expiar; ya sea aquí, durante su vida terrenal o en el purgatorio. Este hecho ampliamente conocido fue reprobado con mucha fuerza por Martín Lutero, padre del movimiento protestante, en el siglo XVI, por considerar que no tenía ningún fundamento bíblico. Lutero, basándose en la biblia, sostuvo que solo Dios puede justificar a los pecadores, y que el arrepentimiento bastaba para lograr la remisión de las penas. La postura de la Iglesia Católica a favor de la remisión de pecados mediante la limosna, contradice la doctrina verdaderamente esencial de la expiación de los pecados por medio del sacrificio sustitutivo de Cristo.  

Considerando estos hechos, podemos apreciar cómo desde el principio del surgimiento del cristianismo, ya existían posiciones encontradas en cuanto a cuáles libros deberían ser verdaderamente considerados como las escrituras sagradas inspiradas por Dios. 

En el siglo XVI, Lutero, asume la misma posición de Jerónimo y otros padres de la iglesia, al considerar que los libros apócrifos o deuterocanónicos, no debían ser incluidos como parte del canon del Antiguo Testamento.  Él adujo que la única  fuente autoritativa en cuanto al Antiguo Testamento debía ser la judía; a quienes le fue confiada la palabra originalmente;  reconociendo que tan solo los 24 libros de la Tanaj, eran los inspirados.  

Por esta razón, las biblias cristianas evangélicas están integradas hoy día por 66 libros:  39 para el Antiguo Testamento y 27 para el Nuevo Testamento. Y las biblias católicas por 73:  46 para el Antiguo Testamento y los mismos 27 para el Nuevo Testamento, con respecto al cual sí existió acuerdo.



LOS MANUSCRITOS 

A partir de los textos autógrafos  u originales,  las escrituras sagradas tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, comenzaron a ser copiadas en escritos denominados manuscritos.  (término que proviene del latín  "manu scriptum" que significa copiado a mano).

Para la retransmisión de los textos sagrados, la comunidad judía contaba al principio con escribas o copistas, y posteriormente con especialistas llamados soferines (400 a.C. a 200 d.C.) y masoretas (500 d.C. a 950 d.C.).  Estos daban una alta importancia a la preservación inmaculada de la palabra de Dios, y eran  hombres expertos en la realización de tan delicada y detallista labor. Manejando normas muy específicas y estrictas para garantizar que una copia fuera literalmente idéntica a su original; evitando así alteraciones en los documentos.  Estos hombres,  dedicaban sus vidas enteras a la labor de transcripción.  Y fueron precisamente los masoretas, los responsables de compilar el llamado texto masorético, el texto verdaderamente más confiable del Antiguo Testamento.  

Entre los no judíos, la situación era un tanto diferente.  Pues los responsables de realizar tal labor, no siempre contaban con tan alta formación o preparación; no estando excentos de generar errores por omisiónes, descuidos e inclusive en ocasiones por la intervención directa, voluntaria e intencionada del responsable transcriptor.

En el caso del Nuevo Testamento, las diferentes localidades de habla griega hacia donde se fueron extendiendo las sagradas escrituras, les imprimieron características diferenciadoras; tales como el estilo del griego utilizado, entre otras.  Estas características, les han permitido a los expertos catalogar y clasificar la gran cantidad de manuscritos (más de 5.000), que han llegado hasta nuestros días, en lo que han denominado como  "familias de textos".

Contamos pues con cuatro familias o tipos de textos griegos: 

1. El TEXTO OCCIDENTAL

Es un texto divergente de los demás, con tendencia a utilizar paráfrasis y expresiones libres. Es muy antiguo. Tiende a armonizar, y en ocasiones evita lo que puede desconcertar.  Corriente en Europa, África del Norte, Egipto y otras partes.  Los manuscritos más representativos de este tipo de texto son:  

- El códice Bezae, del siglo V o VI, 
- El códice Claromontanus, del siglo VI, y 
- El códice Washingtonianus, del final del siglo IV

2.   EL TEXTO CESARIENSE

Parece haberse originado en Egipto. Está respaldado por el papiro Chéster Beatty 45. Fue llevado por Orígenes a Cesarea, donde fue utilizado por Eusebio y otros. De Cesarea fue llevado a Jerusalén, donde fue usado por Cirilo y por armenios que en épocas tempranas tenían una colonia en Jerusalén. Presenta un texto mixto y solamente ha podido ser identificado en los Evangelios. 

3. EL TEXTO ALEJANDRINO

También llamado neutral o egipcio. Tienden a ser antiguos, pero son una minoría comparados a los demás manuscritos, y contienen más variantes textuales entre sí que el Texto Bizantino.   Algunos de sus manuscritos omiten versículos enteros que se encuentran en manuscritos bizantinos. Ciertos manuscritos Alejandrinos contienen libros apócrifos. Son breves y austeros, es decir, presentan el texto mas corto. Dos de los principales textos Alejandrinos son:

- El códice Vaticano y

- El códice Sinaítico


 4. EL TEXTO BIZANTINO:

Fue el más difundido y aceptado. Representa mayormente el conjunto de manuscritos del Nuevo Testamento en griego medieval; con letras corridas pequeñas y signos de puntuación, acentos y tildes.

Se denomina "Texto Bizantino" porque la mayor parte de los manuscritos fueron escritos y distribuidos durante el Imperio Bizantino. Aunque existen evidencias de la antigûedad de este tipo de texto (Biblias Peshitta, 170 a.C. e Italica 250 a.C.). La mayoría de los manuscritos datan del siglo VIII al XII y provienen de muchos escritores cristianos no católicos que no estaban de acuerdo con la política religiosa católica y su biblia latina "La Vulgata".  Estos transcriptores decidieron preservar el Nuevo Testamento en su lengua original  (el griego), obteniendo sus copias de manuscritos unciales distribuidos por el Asia Menor; en donde demás está decir se inició el desarrollo del cristianismo. Estos manuscritos sufrieron una fuerte persecución católica.  Actualmente se cuenta con aproximadamente 5.000 manuscritos de este tipo, razón por la cual se le da también el nombre de Texto Mayoritario. (Ministerio Apoyo Bíblico, 2012).

Tienen una coincidencia entre sí de un 93%, y el 7% de no coincidencia no se debe a modificaciones del texto, sino más bien a la existencia de espacios en blanco que deben ser completados.

Más del 90% de los manuscritos con que se cuenta en la actualidad provienen de esta familia de los bizantinos.  Los textos bizantinos son armónicos y suelen aparecer completos. También se le llama texto Sirio, Koiné, Eclesiástico o Antioqueño.  Su mejor representante hoy es el códice Alejandrino (en los evangelios) y la gran masa de manuscritos minúsculos (llamados así porque fueron escritos en letras minúsculas).  Además, ha sido llamado a través del tiempo con seis nombres diferentes:

-  Texto Bizantino
-  Texto Imperial
-  Texto Tradicional
-  Texto de la Reforma
-  Texto Mayoritario
-  Texto Recibido o Textus Receptus, nombre con el que se dio a conocer en el siglo XVII.

De la traducción de los manuscritos griegos de estas familias textuales es que provienen nuestras actuales biblias.  Especialmente de los textos de la familia de los alejandrinos y de la de los bizantinos.

Pero ¿Cuál de estas familias de textos podría asegurarse se acerca más en todos los aspectos a las escrituras autógrafas u originales?.

Actualmente existe mucha discusión en cuanto a precisar cuál de ellos se ajusta más fielmente a los textos originales. 

Algunos, dan más relevancia, por ejemplo, a la antigüedad de los manuscritos. Afirmando  que los más antiguos son los más cercanos a los textos autógrafos: (Estos hacen alusión principalmente a los textos Alejandrinos,  Vaticano y Sinaítico).  Otros, hacen referencia al cuidado que debe tenerse en la selección de los textos; pues la antigüedad de un manuscrito no garantiza la fidelidad de su información.  Para estos es importante que los textos, independientemente de su antigüedad, sean sin corrupción; o sea, no deben estar adulterados, lo que garantiza su fidelidad a los textos originales. Ellos hacen alusión principalmente al Texto Bizantino.

Revisemos entonces el proceso de generación de las distintas versiones de la biblia que están a nuestro alcance hoy en día.



TEXTUS RECEPTUS O TEXTO RECIBIDO

En 1516, Erasmo de Róterdam (1466-1536), Erudíto Holandés, publicó la primera edición de un texto griego del Nuevo Testamento basado fundamentalmente en manuscritos de la familia de los bizantinos o mayoritarios.  Los textos utilizados por Erasmo fueron los minúsculos,   1eap, 1rK, 2e, 2ap, 4ap, 7p y 817.2.    Al imprimir el texto griego con los métodos modernos  y ya no copiarlo, era lo más lógico que se emplearan los manuscritos griegos confiables que se habían usado mayormente, los textos bizantinos.    

Muchos críticos, especialmente de la Iglesia Católica han tratado a lo largo del tiempo de desmeritar el trabajo de Erasmo, centrándose en dos objeciones fundamentales:  La primera es que Erasmo utilizó para el trabajo no más de media docena de manuscritos tardíos del siglo X y siglo XII.  La segunda es que en la carrera por ser el primero en publicar, fue acusado de realizar un trabajo apurado, descuidado y falto de rigor. (Debido esto a que Jimenez de Cisneros (1436-1517) ya había impreso la Complutense Políglota, con su texto griego del Nuevo Testamento, y solo esperaba por la aprobación por parte del Papa en Roma  para publicarla). 

Si bien es cierto que el trabajo para la impresión del texto en griego se hizo rápidamente, al punto de que Erasmo no transcribió algunos de los manuscritos, sino que hizo anotaciones en los mismos para enviarlos a la imprenta en la carrera por publicar primero.  No es menos cierto que el resultado fue brillante, y aunque la primera edición contenía muchos errores tipográficos, en las ediciones posteriores se corrigieron estos errores, dedicando Erasmo los siguientes años de su vida a mejorar esta edición griega.

Sin embargo, para algunos de los críticos que centraban sus argumentos en que el problema principal era que la mayor parte del texto había sido tomada de manuscritos no muy antiguos, de los siglos X y XII, las correcciones a las ediciones posteriores no solucionaban el problema, para ellos de fondo. 

Quienes critican el trabajo de Erasmo basado en estos argumentos, no toman en cuenta que él debió haber tenido acceso, al Códice Vaticano, el cual reposaba en la biblioteca del Vaticano.  También tuvo acceso a D, el Codex Beza. Rechazó la Vulgata por la corrupción de los manuscritos alejandrinos usados en el siglo IV, y por las alteraciones infligidas al texto en Roma. 

Erasmo era un hombre versado, un erudito de su época, profundamente estudioso de las obras de Jerónimo y de los otros padres de la iglesia. Él prefirió trabajar con los textos bizantinos porque le resultaban más confiables.  Por lo tanto la crítica no debe centrarse en la edad de los manuscritos que utilizó, sino más bien en la confiabilidad de estos manuscritos en relación a los originales.  Los manuscritos que utilizó Erasmo fueron los más aceptados por los cristianos desde los primeros días de la iglesia.

Otra crítica que suele hacérsele a Erasmo es que en su tercera edición incluyó la Coma Juanina, al haberla encontrado en un falso manuscrito del siglo XVI. Lo que no es exactamente cierto.

Erasmo incluyó en su tercera edición a 1ª Juan 5:7-8 debido a las pruebas abrumadoras que la hacían parte de la Escritura  desde los primeros siglos. 

Por otra parte, se le critica a Erasmo el que haya insertado en su texto griego algunas lecturas de La Vulgata. Esto no tiene porque ser causa de objeción, pues lo hizo debido a que eran lecturas sencillas y correctas.

La versión griega de Erasmo del Nuevo Testamento  y sus subsecuentes ediciones fueron ampliamente difundidas. El editor parisino Robert Estienne (Stephanus en latín; 1503-1559) usó el texto de Erasmo para su edición griega del Nuevo Testamento en la cual introdujo por primera vez un aparato crítico (o lista de variantes). Teodoro Beza (1519-1605) también publicó nueve ediciones entre 1565 y 1604.

A partir de 1624, los hermanos Bonaventura y Abraham Elzevir, realizan siete ediciones del Nuevo Testamento en griego (1624-1678), para las que tomaron como base el texto griego de Erasmo de Róterdam.  Ellos  introducen por primera vez el término "Textus Receptus" o "Texto Recibido" en el prefacio de su segunda edición (1632) al incluir la frase:  "Textum ergo habes, nunc ab omnibus receptum, in quo nihil immutatum aut corruptum Damus” .  "Tenéis por lo tanto el texto ahora recibido por todos, en el cual no damos nada cambiado o corrompido".

Así, que "Textus Receptus" o "Texto Recibido", comienza a ser el nombre por el cual se da a conocer el Texto Tradicional como lo contienen las ediciones de Erasmo de Róterdam, Sthephanus, Teodoro Beza, y los hermanos Elzevir.  Como se observa, el texto griego de Róterdam tuvo mucha importancia.

El texto griego de Erasmo fue el texto reconocido y aceptado como normativo de la iglesia protestante; y la mayor parte de los reformadores,  lo usaron como base para sus traducciones. Entre estas tenemos la traducción al inglés de  William Tyndale, en 1525,  la de Martín Lutero al Alemán en 1534, Todas las Biblias en inglés del siglo XVI y XVII. La Biblia King James, publicada en 1611,  y la Biblia del Oso en español, de Casiodoro de Reina de 1569, revisada por Cipriano de Valera  en 1602, conocida hoy como la Biblia Reina-Valera, entre otras muchas más.  

El Textus Receptus a lo largo de los años ha sido objeto de múltiples críticas; especialmente provenientes de miembros de la Iglesia Católica. Algunos consideran que los manuscritos utilizados por Erasmo, eran pocos y de carácter tardío, por ser del siglo X y XII, alegando que existían los manuscritos mucho más antiguos y confiables del texto griego, como lo son los textos alejandrinos Vaticano y Sinaítico, del siglo IV.

Pero esto no es precisamente así. El texto Bizantino es un texto muy antiguo, de hecho, la versión siriaca llamada también Peshitta, hecha alrededor del año 170 d.C., seguía muy de cerca el texto bizantino. También, la de la iglesia gala del sur de Francia  (177 d.C.)  y la versión itálica  (250 d.C.) entre otras. 

Además, de acuerdo a exégetas bíblicos, existen más de 86.000 lecturas bizantinas en los escritos de los padres de la iglesia. Lo cual deja en evidencia que los textos bizantinos son textos muy antiguos; mucho más que los alejandrinos Vaticano y Sinaítico del siglo IV.  Uno de los padres de la Iglesia en dar testimonio en un tipo textual bizantino en citas importantes del Nuevo Testamento fue Juan Crisóstomo (346 — 407); aunque las obras fragmentarias que han sobrevivido de Asterio el Sofista († 341) también han sido consideradas conforme al texto bizantino. Crisóstomo y Asterio usaron el texto en un 75% de acuerdo al texto estándar bizantino.



EL TEXTO CRÍTICO

En 1870, los británicos, Westcott y Hort presentaron ante el Comité Revisor de la Biblia Rey Jaime (King James) un nuevo texto griego. A pesar de encontrar oposición inicial, pasados algunos años, sus ideas calaron en grupos de intelectuales.  Pronto su  texto griego al igual que sus teorías, comenzarían a formar parte de seminarios e institutos bíblicos, para terminar convirtiéndose en la opinión mayoritaria en los seminarios y universidades bíblicas tanto de Inglaterra como de Norteamérica.   

Westcott y Hort partieron de la concepción de que el Nuevo Testamento había sido preservado semi-perfecto en los códices alejandrinos Vaticano y Sinaítico, y los consideraban los mejores, además de los más antiguos. En este sentido se propusieron desplazar con su texto griego, tanto a la Biblia del Rey Jaime como al Textus Receptus.  De hecho Hort  juzgaba al Texto Recibido como un texto menos confiable, enseñando que  la Escuela de Antioquia (asociada con Luciano) había traducido ligeramente el verdadero texto de las Escrituras (siglo II d.C.). Lo que produjo un texto menos confiable que luego se transformó en el Texto Recibido, (Teoría de la Recensión Luciana).  Aunque Hort no tenía base para sustentar tal apreciación, sus ideas calaron al punto de ser asumidas como verdaderas por intelectuales cristianos de la época. 

Westcott y Hort encontraron importante oposición en el decano John Burgon y F.H.A. Scrivener

Posteriormente, el texto griego de Westcott y Hort, con algunas modificaciones introducidas por Eberhard Nestle y Kurt Aland se tradujo en lo que hoy se conoce como el Nuevo Testamento Griego Nestle-Aland, que es un texto crítico.  

Hoy por hoy, el Texto Critico Nestlé-Aland y el Nuevo Testamento Griego de las Sociedades Bíblicas Unidas, constituyen la base textual para traducir el Nuevo Testamento en casi cualquier lengua sea quien sea quien realice la traducción. Así además de servir para la Versión Popular-Dios Habla Hoy, y la Nueva Versión Internacional, ha sido utilizado por versiones católicas como la Biblia del Peregrino (1993) o la Biblia de la Casa de la Biblia (1993). Estas dos ediciones del texto griego, la Nestle-Aland y la de las Sociedades Bíblicas Unidas, realmente varían poco del texto de Westcott y Hort.

Pero:  ¿Es confiable este texto?.  ¿Sustituye debidamente el Texto Crítico, basado fundamentalmente en los códices alejandrinos: Sinaítico y Vaticano, al  tradicional Textus Receptus o Texto Recibido, basado en los textos bizantinos?

La respuesta es definitivamente NO. Pero ¿porqué?

Los argumentos más fuertes de Westcott y Hort en relación a la confiabilidad de los códices Vaticano y Sinaítico, base de su texto griego, era que estos por ser los más antiguos, eran los más confiables.  

Ambos argumentos son absolutamente rebatibles.

En primer lugar, estos textos si bien es cierto que datan del siglo IV, no es menos cierto que sufrieron intervenciones: el Còdice Vaticano en los siglos VIII y X, y el Sinaìtico en los siglos VI y VII, que ponen en tela de juicio su confiabilidad y fidelidad en relación a los textos autógrafos. 

En segundo lugar, y como se mencionó anteriormente, la presencia de los textos de tipo bizantino es mucho más antigua, remontándose inclusive al siglo II D.C. (Versión siriaca).

El Códice Vaticano, por ejemplo, que se encuentra en la biblioteca del vaticano desde el año 1481, ha sido cambiado en extremo. Muchos expertos afirman que se llegó a raspar la superficie de cuero del códice, para así borrar lo que estaba escrito tratándose de escribir nuevamente sobre el espacio obtenido, llegándose inclusive a poderse leer tanto lo previo como lo posterior. 

El códice Sinaítico por su parte, fue hallado en el Monasterio de Santa Catalina en el Monte Sinaí, por Konstantin Tischendorf, quien para su propia decepciòn encontrò que contenìa màs de 14.800 alteraciones. Omitía 4.000 palabras en los evangelios.  Añadìa 1.000 y cambiaba de lugar y alteraba 3.000. Ademàs, contenìa 1.500 lecturas que no aparecìan en ningùn otro manuscrito griego conocido hasta la fecha.  

Demàs està decir que las enmiendas, tachaduras e interpolaciones, en muchos casos, son totalmente visibles. 

Con respecto al Texto Mayoritario o Textus Receptus, estos Textos Minoritarios (códices Vaticano y Sinaítico), presentan alrededor de 7.580 diferencias  (omisiones, inclusiones, cambios, y eliminaciones de palabras)

Por otra parte, estos manuscritos minoritarios Vaticano y Sinaítico, no superan los 230 documentos y no alcanzan a tener un 65% de coincidencias entre ellos mismos.  Estos manuscritos además de estar en amplio desacuerdo con el Texto Tradicional, no están de acuerdo el uno con el otro, diferenciándose entre ellos tan solo en los evangelios alrededor de 3.000 veces, de acuerdo a lo que afirma Herman Hoskier (citado por M. Boyd, 2012).

Ademàs, los còdices Vaticano y Sinaìtico coinciden tan solo en un 5% con la gran masa de manuscritos existentes. A diferencia del Textus Receptus, que coincide con el 95% del resto de manuscritos. 



PERO ¿QUIENES ERAN WESCOTT Y HORT, INTRODUCTORES DEL NUEVO TEXTO GRIEGO O TEXTO CRÍTICO?

En principio, Westcot, mediante carta que escribió a Hort, declaró que el  rechazaba la "idea de la infalibilidad de la Biblia" y Hort lo avaló, en carta dirigida al Obispo Lightfoot.  

Podría decirse que Hort apoyaba la salvación por buenas obras, debido a que llamó "inmoral", la doctrina de la expiación sustitutiva. (Jesucristo, murió por nuestros pecados)

Westcott negó que Génesis 1 al 3 eran ciertos históricamente.

Ellos recibieron serias acusaciones de practicar el ocultismo, lo cual posiblemente tenía una base cierta, pues conjuntamente con el Obispo Edward White Benson, fundaron el Gremio Fantasmal, con el propósito de investigar fantasmas y apariciones sobrenaturales. Gremio que se convirtió en la Sociedad para la Investigación Psíquica. Resulta por demás interesante que Helen Lavatsky, fundadora del movimiento teosófico, escribiera reconociendo y elogiando este texto griego.


RESPONSABILIDAD DE LAS SOCIEDADES BÍBLICAS UNIDAS

Lamentablemente las sociedades bíblicas actuales, asesoradas e influenciadas por El Vaticano, decidieron dejar de lado el Textus Receptus, Bizantino o Mayoritario para adoptar un texto griego en el que predomina el Texto Minoritario, Vaticano y Sinaìtico. Y es un hecho que con este texto se están producciendo todas las nuevas versiones de la Biblia.  Tales como: la Nueva Versión Internacional, Dios Habla Hoy, La Biblia de Las Amèricas, Libro del Pueblo de Dios, Versión Recobro, Traducción Nuevo Mundo, Biblia Lenguaje Actual, y la Reina-Valera, revisiones 1972, 1989, 1995 y 2000.

Debido a los puntos de vista teològicos tan diferentes, en el pasado católicos y protestantes no trabajaban juntos en la traducción bíblica.  Sin embargo, ahora, con su vocación ecuménica, los católicos afirman que  ellos y los protestantes pueden trabajar juntos teniendo el mismo enfoque e interpretación. 

Omisiones contenidas en el Nuevo Testamento Griego de las Sociedades Bíblicas Unidas afectan doctrinas fundamentales de la fe tales como la deidad y el nacimiento virginal de Cristo, la expiación, y la Trinidad. Por ejemplo, en 1º Timoteo 3:16, se suprime la palabra "Dios", destruyendo el testimonio de que Jesús es Dios. En 1º Corintios 15:47, se quita la palabra "Señor" destruyendo el testimonio de la divinidad de Cristo. En Hebreos 1:3, se elimina "Por sí mismo", suprimiendo el testimonio de la expiación de Cristo, entre cientos de ejemplos. 

Por todas las razones expuestas en este escrito, y por otras muchas no mencionadas en él, es que se considera que el Nuevo Texto Griego de las Sociedades Bíblicas Unidas y el Texto Griego Nestlé-Aland, son textos corruptos. 

Inclusive para los trabajos de traducción se llega a la osadía de utilizar lo que ellos han llamado el método de equivalencia dinámica, con el que se pretende hacer que las Escrituras se ajusten al nivel de lectura y comprensión cultural del grupo de personas a quienes va dirigida la traducción. Realizando para ello importantes y numerosos cambios en las palabras utilizadas, lo que no deja de despertar un alerta.    

Esto no debería ser aceptado de ninguna manera, pues tenemos una altísima responsabilidad al traducir los textos, debiendo ser lo más fieles posibles a su verdadero significado; de lo contrario estamos modificando o cambiando la palabra de Dios. 

Al parecer, una gran parte de los líderes de las Sociedades Bíblicas Unidas actuales son teólogos modernistas que niegan el nacimiento virginal de Jesucristo, su deidad, y no creen que su sangre fue necesaria para la expiación del pecado del hombre. 

Si  queremos pues, seleccionar una biblia confiable, debemos tener en cuenta todo lo anterior.  Particularmente, prefiero seguir confiando en aquellas cuya base textual es el Textus Receptus y no el Texto Crítico.

Reina-Valera 1569, 1602, 1909, hasta la 1960 inclusive, (aunque esta ya presenta algunas variaciones significativas).


REFERENCIAS

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lunes, 16 de enero de 2017

¿Cómo se formó la biblia?



En la actualidad existe mucha controversia acerca de cuáles versiones de la Biblia son las que respetan y se sujetan con mayor fidelidad a los textos autógrafos, o la palabra original. Los hechos que nos han conducido a esta discusión, son de muy larga data, y se remontan inclusive a los primeros siglos de existencia de la iglesia.

Conviene pues, antes de exponer el porqué de esta controversia, revisar primeramente el orígen y la historia de la que hoy, para todos los cristianos se constituye en las escrituras sagradas:  La Santa Biblia. 

La Biblia está compuesta de dos partes principales:  El Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento.

El Antiguo Testamento proviene de los antiguos textos sagrados judios. Específicamente la Tanaj, que incluye: la Tora o Libro de la Ley, los libros de los profetas o Nebim, y los escritos o Kethubim. Estos comprenden 24 libros que desagrupados se han convertido en los 39 de nuestro Antiguo Testamento. 

Sin embargo, para la iglesia, hoy Católica, el Antiguo Testamento contiene 46 libros en lugar de los 39 mencionados.  ¿Porqué?.  Sobre este aspecto, existió también mucha controversia. Durante la primera traducción de los escritos sagrados judios a la lengua griega, se agregaron  unos textos que no formaban parte de lo que la tradición judía conocía como los escritos inspirados.  Se trata de los denominados por Jerónimo de Estridón como libros "Apòcrifos", u "ocultos"; inicialmente 15.  Esta primera traducciòn, fue llamada traducciòn de los 70 o septuaginta, en alusiòn a los 72  traductores que fueron  llevados de Palestina a Alejandrìa para realizar tal labor.   La primera versiòn de los escritos sagrados judios en griego, o la primera versiòn de la Biblia Griega, ya en sus orìgenes, incluyò escritos no considerados por la tradiciòn judìa como inspirados.  

Posteriormente, sobre este hecho, nacieron dos posiciones encontradas; una que afirmaba que para el caso del Antiguo Testamento, los libros que debìan ser considerados como las escrituras sagradas reconocidas como inspiradas, o sea el Canon, debìan ser los mismos que aceptaba la tradiciòn judìa.  

Otra posiciòn, que es la misma de la Iglesia hoy Católica, defendìa la inclusiòn de los libros apòcrifos dentro del Canon de la biblia, asumiendo que formaban parte de un canon màs amplio que el de los Judìos de Israel.  O sea, el canon de los judìos de Alejandrìa. 

Pero ¿porquè algunos de los padres de la iglesia defendieron la inclusiòn de estos libros apòcrifos?. Existen muchas razones.  Una de ellas es que los mismos incluyen versìculos que apoyan muchas posturas de la iglesia catòlica en relaciòn a temas tan trascendentes, como:  la existencia del purgatorio, y el que a travès de la limosna se puedan expiar los pecados, entre otras.  

Esta discusión continuó a lo largo de los años, hasta que en el siglo XVI, durante el Concilio de Trento, la Iglesia Católica incluyó de forma definitiva a algunos de los libros apócrifos dentro del canon del Antiguo Testamento; denominándolos como deuterocanónicos, o de segundo canon. Estableciéndose esto de manera dogmática y considerando anatema a todo aquel que no se sujetara a esta decisión.  

Martín Lutero, por su parte, padre del movimiento reformista, nunca estuvo de acuerdo con la postura de la iglesia a este respecto.  El consideraba que únicamente los libros reconocidos por la autoridad judía debían ser incluidos dentro del canon del Antiguo Testamento.

De allí, que para el caso del Antiguo Testamento, la Iglesia Católica cuente con 46 libros, que incluyen 7 deuterocanónicos o apócrifos, y adiciones a los libros de Esther y Daniel; y los cristianos protestantes solo con 39 libros, que son los mismos reconocidos por la autoridad judía. 

EN CUANTO AL NUEVO TESTAMENTO

Fue escrito en griego.  El denominado Koiné, que era el griego de habla común en el Imperio Romano.  

En sus orígenes, la iglesia cristiana se sustentaba en la enseñanza oral de los apostoles.  Después de un tiempo, se sintió la ingente necesidad de poner por escrito la vida, obra y doctrina de Jesucristo, así como las enseñanzas de los mismos apóstoles. Este fue el origen de los evangelios y de las Epístolas. A mitad del siglo I se comenzaron a copiar y coleccionar los escritos divinamente inspirados de los apóstoles y profetas novo testamentarios. 

Ya en el siglo II d.C. la Biblia estaba completamente escrita. Esta Biblia, que circulaba en volumenes, contenía el Antiguo Testamento en la versión griega Septuaginta, y el Nuevo Testamento griego, idioma en el que había sido escrito. Cuando en el siglo III, surgió el códice, fue posible compendiar la Biblia en un solo volumen, pero de estas biblias no ha quedado ni un solo manuscrito.  (Esto, debido en parte a que el material empleado era el frájil papiro, y en parte porque algunos césares, embistieron contra la biblia y los cristianos, destruyendo grandes cantidades de la misma). 

Ya para este mismo siglo III, con la aplicación de criterios bien específicos, habían sido reconocidos y aceptados los  escritos que conformarían parte del canon del Nuevo Testamento. En el 367, Atanasio, obispo de Alejandría, en la carta pascual a sus iglesias, listó los 27 libros del Nuevo Testamento, igual a los que tenemos incluidos en nuestras biblias hoy en día. Él proporcionó la primera lista de los libros reconocidos como escrituras sagradas para el caso del Nuevo Testamento. En el Segundo Concilio Trullano en el 692, se reconocieron estos escritos como autoritativos.  

En occidente, en la época previa y posterior a la Reforma protestante, se retomó lo referente al Canon del Nuevo Testamento. Y tanto la Iglesia Católica, como Lutero y los otros reformadores, aceptaron como válido el cánon que la tradición había establecido.  Los 27 libros reconocidos como inspirados.

Hasta aquí, conocemos de manera suscinta cómo se formó tanto el canon del Antiguo Testamento como el Canon del Nuevo Testamento de la Biblia.  

Pero.  ¿Cómo fueron transmitido sus contenidos a lo largo de la historia?.

LOS PRIMEROS MANUSCRITOS:

En la época antigua no se contaba, como en la actualidad con variados métodos para transmitir y preservar la información.  El método por excelencia era vaciar la información en unas láminas delgadas denominadas papiros, provenientes de la planta del mismo nombre, sobre las que se podía escribir. Usualmente estos eran conservados en rollos, parecidos a los de un fax.  Pero el papiro tenía un inconveniente; su consistencia era muy frágil y la conservación dificultuosa.  Posteriormente, con el paso del tiempo, surgieron los pergaminos, que consistían en pieles de animales tratadas. También en lugar de los rollos, surgieron los denominados códices, similares a nuestros cuadernos modernos.  Estos permitían guardar la información y ubicarla dentro del texto de forma más sencilla.  Al mismo tiempo que eran más fáciles de transportar y también de ocultar.  Ambos, tanto los rollos de papíros como los códices, fueron los métodos a través de los cuales se preservaron las escrituras sagradas tanto judías como cristianas. 

Para garantizar la transmisión y preservación de la información escrita en los rollos de papiro, o posteriormente en los códices, se procedía a transcribirla literal y cuidadosamente a otros rollos o códices nuevos, protegiéndola así del paso del tiempo.    Estas copias eran denominadas manuscritos, palabra proveniente del latín,  "manu scriptum" que significa escrito a mano. 

Para la retransmisión de las escrituras sagradas judías, esta comunidad, siempre contó con hombres expertos en la realización de tan delicada y detallista labor. Estos manejaban normas muy específicas y estrictas para garantizar que una copia fuera literalmente idéntica a su original; tratándose así de evitar alteraciones en los documentos; pues daban una altísima importancia a la preservación inmaculada de la palabra de Dios.  Estos hombres, llamados Masoretas, dedicaban sus vidas enteras a la labor de transcripcion.  Y precisamente Masorético, proviene del término hebreo "Masorah", que significa tradición.  Y se refiere a la transmisión de una tradición. Estos masoretas, eran rabinos y escribas estudiosos, responsables de compilar el llamado texto masorético, el texto verdaderamente màs confiable del Antiguo Testamento.  

Entre los no judíos, la situación era un tanto diferente.  Pues los responsables de realizar tal labor, no siempre contaban con tan alta formación o preparación; no estando excentos de generar errores por omisiónes, descuidos e inclusive en ocasiones por la intervención directa, voluntaria e intencionada del responsable transcriptor.

Es así como comenzaron a surgir los diferentes textos manuscritos de la biblia que llegados a la actualidad, se cuentan por miles.

TRANSMISIÓN DEL NUEVO TESTAMENTO A LO LARGO DEL TIEMPO

Desde que fue escrito el Nuevo Testamento, sus copias se fueron sucediendo, para llegar en la actualidad a más de 24.000 manuscritos del mismo, que lo contienen total o parcialmente.  (más de 5.000 en griego, 10.000 en latín y 9.300 en muchos otros lenguajes antiguos incluyendo siríaco, eslavo, gótico, etíope, copto y armenio)

Con esta inmensa masa de manuscritos, surgió concomitantemente la necesidad de organizarlos, y clasificarlos  a fin de conocer sus similitudes y diferencias.  Y este ha sido parte del trabajo desarrollado por la crítica textual.

Con el objeto de facilitar su estudio, se ha logrado catalogar los más de 24.000 manuscritos existentes del Nuevo Testamento, en lo que los especialistas han llamado "familias de textos".  Estas familias se formaron en relación con un centro importante de la cristiandad antigua: Alejandría, Antíoquia, Constantinopla, Cartago, Roma, Cesarea y Bizancio: en donde las comunidades cristianas fueron elaborando sus propios "Textos" locales.

1. TEXTO OCCIDENTAL

Es un texto divergente de los demás, con tendencia a utilizar parafrásis y expresiones libres. Es muy antiguo. Tiende a armonizar, y en ocasiones evita lo que puede desconcertar.  Corriente en Europa, África del norte, Egipto y otras partes, Los manuscritos más representativos de este tipo de texto son:  

 El códice Bezae, del siglo V o 6, 
 El códice Claromontanus, del siglo VI, y 
 El códice Washingtonianus, del final del siglo IV

2.   TEXTO CESARIENSE

Parece haberse originado en Egipto. Está respaldado por el papiro Chéster Beatty 45. Fue llevado por Orígenes a Cesarea, donde fue utilizado por Eusebio y otros. De Cesarea fue llevado a Jerusalén, donde fue usado por Cirilo y por armenios que en épocas tempranas tenían una colonia en Jerusalén. Presenta un texto mixto y solamente ha podido ser identificado en los Evangelios. 

3. TEXTO ALEJANDRINO

También llamado neutral o egipcio. Se llaman alejandrinos porque muchos de estos manuscritos están asociados con el área o personajes de Alejandría. Tienden a ser más antiguos, pero son una minoría comparado a los demás manuscritos, y contienen más variantes textuales entre sí que en el Texto Bizantino.   Algunos de sus manuscritos omiten versículos enteros que se encuentran en manuscritos bizantinos. Ciertos manuscritos Alejandrinos contienen libros apócrifos. Son breves y austeros, es decir, presentan el texto mas corto. Dos de los principales textos Alejandrinos son:

 El códice Vaticano y

 El códice Sinaítico

4. TEXTO BIZANTINO:

También se le llama texto Sirio, Koiné, Eclesiástico o Antioqueño.  Su mejor representante hoy es el códice Alejandrino (en los evangelios) y la gran masa de manuscritos minúsculos.  Se caracteriza por aparecer completo. Este tipo de texto, fue distribuido ampliamente a través de todo el Imperio Bizantino. Fue reconocido como el texto autorizado; fue el de mayor circulación y el más aceptado. Otro rasgo del Texto Bizantino es la armonización, es decir la acomodación de un texto a otro.  Ha sido llamado a través del tiempo con seis nombres diferentes:

-  Texto Bizantino
-  Texto Imperial
-  Texto Tradicional
-  Texto de la Reforma
-  Texto Mayoritario
-  Texto Recibido o Textus Receptus, nombre que se le dió a     finales del siglo XVI.

Aproximadamente el 80 90% de los manuscritos pertenecen a la categoría de textos bizantinos.  .  .

Nuestras actuales Biblias provienen principalmente del trabajo de traducción de textos griegos derivados de dos de estas familias textuales: la de los textos  Alejandrinos y la de los textos bizantinos. Pero ¿Cuál de estas familias de textos podría asegurarse se acerca más en todos los aspectos a las escrituras autógrafas originales?.

Actualmente existe mucha discusión en cuanto a precisar cuál de ellos se ajusta más fielmente a los textos originales. 

Algunos, dan más relevancia, por ejemplo, a la antigüedad de los manuscritos. Afirmando  que los más antiguos son los más cercanos a los textos autógrafos: (Estos hacen alusión principalmente a los textos Alejandrinos,  Vaticano y Sinaítico).  Otros, hacen referencia al cuidado que debe tenerse en la selección de los textos; pues la antigüedad de un manuscrito no garantiza la fidelidad de su información.  Para estos es importante que los textos, independientemente de su antigüedad, sean sin corrupción; o sea, no deben estar adulterados, lo que garantiza su fidelidad a los textos originales. Ellos hacen alusión principalmente al Texto Bizantino o Textus Receptus.

Revisemos entonces el proceso de generación de nuestras actuales biblias.

TEXTUS RECEPTUS O TEXTO RECIBIDO

En 1516, Erasmo de Roterdam (1466-1536), Erudíto Holandés, publicó la primera edición de un texto griego del Nuevo Testamento basado fundamentalmente en textos de la familia de los bizantinos o mayoritarios.  Los textos utilizados por Erasmo fueron los minusculos,   1eap, 1rK, 2e, 2ap, 4ap, 7p y 817.2.    Al imprimir el texto griego con los mètodos modernos  y ya no copiarlo, era lo más lógico que se usaran los manuscritos griegos que siempre se han usado y que llamamos el Textus Receptus o Texto Bizantino. Para su trabajo Erasmo comparó al menos tres o cuatro de los manuscritos, a excepción del Apocalípsis que solamente se encontraba en uno de los manuscritos, al que además le faltaba la última hoja con seis versos, los cuales tomó de la Vulgata Latina.

Muchos críticos, especialmente de la Iglesia Católica han tratado a lo largo del tiempo de desmeritar el trabajo de Erasmo, centrándose en dos objeciones fundamentales.  La primera es que Erasmo utilizó para el trabajo no más de media docena de manuscritos tardíos del siglo 10 y siglo 12.  La segunda es que en la carrera por ser el primero en publicar, considerando que Jimenez de Cisneros (1436-1517) ya había impreso la Complutense Poliglota, y solo restaba su aprobación por parte del Papa en Roma  para su publicación, fue acusado de realizar un trabajo apurado, descuidado y falto de rigor. 

Si bien es cierto que el trabajo para la impresión del texto en griego se hizo apresuradamente, al punto de que Erasmo no transcribió algunos de los manuscritos, sino que hizo anotaciones en los mismos para enviarlos a la imprenta en la carrera por publicar primero.  No es menos cierto que el resultado fue brillante, y aunque la primera edición contenía muchos errores tipográficos, en las ediciones posteriores se corrigieron estos errores, dedicando Erasmo los siguientes 20 años de su vida a mejorar esta edición griega.

Sin embargo, para algunos de los críticos que centraban sus argumentos en que el problema principal era que la mayor parte del texto había sido tomada de manuscritos no muy antiguos, de los siglos 10 y 12, las correcciones a las ediciones posteriores solo se traducían en remiendos que no solucionaban el problema, para ellos de fondo. 

Quienes critican el trabajo de Erasmo basado en estos argumentos, no toman en cuenta que él debió haber tenido acceso, al Códice Vaticano, el cual reposaba en la biblioteca del Vaticano.  Erasmo tuvo acceso al Codice Vaticano, pero rechazó sus lecturas, que estaban en desacuerdo con el texto bizantino. También tuvo acceso a D, el Codex Beza, pero también lo rechazó porque las lecturas de estos manuscritos se asemejaban en gran parte a las de La Vulgata.

Rechazó la Vulgata por la corrupción de los manuscritos alejandrinos usados en el siglo IV, y por las adiciones y sustracción al texto durante los años en Roma. 

Erasmo fue bien versado en las lecturas y sus variantes. Editó y publicó las obras de Jerónimo, Cipriano, Arnobius, Hilarius, Ireneo, Ambrosio, Agustín, Crisóstomo, Basilio y Orígenes; esto nos muestra que se habría familiarizado con sus afirmaciones sobre las Escrituras. En 1505 fue editor de varias Anotaciones sobre el Nuevo Testamento, trabajo pionero de la crítica bíblica. 

Erasmo estaba familiarizado con los problemas críticos y las variantes en las lecturas de los manuscritos; en sus escritos se encuentra su investigación, y referencia a tales problemas a travès de su estudio a Jerònimo y otros padres de la iglesia.: 

1. El cierre de la Oración del Señor, en Mateo 6:13. 
2. La entrevista del joven rico con Jesús (Mateo 19:17-22). 
3. El final de Marcos 16:9-20. 
4. La canción angelical (Lucas 2:14). 
5. La omisión del ángel, la agonía y el sudor (Lucas 22:43-         44). 
6. La mujer sorprendida en adulterio (Juan 7:53-8:1-11). 
7. El misterio de la Piedad (1a Timoteo 3:16)

Lo que se debe afirmar aquí, no es que Erasmo tuvo acceso únicamente a unos pocos manuscritos de los siglos 10 y 12, sino que Erasmo decidió trabajar con los textos bizantinos porque le resultaban más confiables. El texto que Erasmo eligió tuvo una destacada historia en las iglesias griegas, sirias y valdenses.

Entonces la crítica no debe centrarse en la edad de los manuscritos que utilizó Erasmo, sino más bien en la cualidad y fidelidad de estos manuscritos en relación a los originales. Los manuscritos que utilizó Erasmo fueron aceptados por los cristianos desde los primeros días de la iglesia.

Otra crítica que suele hacérsele a Erasmo es que en su tercera edición incluyó la Coma Juanina, al haberla encontrado en un falso manuscrito del siglo XVI. Lo que no es exactamente cierto.

Erasmo incluyó en su tercera edición a 1ª Juan 5:7-8 debido a las pruebas abrumadoras que la hacían parte de la Escritura . Las primeras referencias son: Tertuliano (160-230), Cipriano (200-258), Priscillian (385), Cassiodorus (480-570), Agustín (siglo V), Atanasio (siglo 4) y Jerónimo (siglo 4.) También en La Vulgata, y aparece en el Codex Ravianus.  
Por otra parte, Erasmo insertó en el Texto Receptus algunas lecturas de La Vulgata, porque eran lecturas sencillas y correctas.

El texto griego de Erasmo tuvo mucha importancia.

Martín Lutero y los traductores de los siglos XVI y 17, como Reina y Valera (en español),  Almeida (en portugués), y la traducción al inglés de la versión de King James, utilizaron el texto de Erasmo. Estéfano publicó otras cuatro ediciones en los años de 1546 al 1551.  Y Teodoro Beza también publicó diez ediciones. Esta familia de Textos griegos se conoce con el nombre de Textus Receptus o Texto Recibido.  Como se le llamó a la edición del Texto griego hecha por los hermanos Elzevir en el año de 1633, quienes escribieron en la presentación de su publicación la frase: “Así que aquí tenéis el texto ahora recibido por todos (Textum ab Ómnibus Receptum) el cual te damos con nada cambiado o corrompido”.   Algunos exegetas señalan que no se debe atribuir a Erasmo la creación del  "texto recibido", el solo fue el vehículo transmisor de los textos manuscritos que llegaron a sus manos, dándoles una forma impresa.  

La versión griega de Erasmo del Nuevo Testamento  y sus subsecuentes ediciones fueron ampliamente difundidas, reconocidas y aceptadas como el texto normativo de la iglesia protestante; ya que la mayor parte de los reformadores, todos ellos gente muy instruida y erudita,  usaron su texto como base para sus traducciones. Entre estos tenemos a:   William Tyndale:  (1525) (al inglés), Martín Lutero (al Alemán), Todas las Biblias en inglés del siglo XVI y 17. La Biblia King James, publicada en 1611,  Lefêvre y Olivetan (1534 y 1535), (al Francés), Coverdale (1535) (al inglés), de Matthews  (1537) (al inglés), de Taverner (1539) (Ginebra),  Versión neerlandesa por Biestkens (1558), Biblia sueca de Uppsala, por Laurentius (1541), Biblia del Oso en español, de Casiodoro de Reina (1569), revisada por Cipriano de Valera (1602), conocida hoy como la Biblia Reina-Valera, Biblia en danés Christian III (1550), Versión checa (1602), Versión italiana de Diodati en 1607 y Nuevo Testamento en galés (1563).  

El Textus Receptus a lo largo de los años ha sido objeto de múltiples críticas; especialmente provenientes de miembros de la Iglesia Católica. Algunos consideran que los manuscritos utilizados por Erasmo, eran pocos y de carácter tardío, por ser del siglo 10 y 12, alegando que existían los manuscritos mucho más antiguos y confiables del texto griego, como lo son el códice vaticano y sinaítico, del siglo IV. Textos estos de la familia de los alejandrinos.  

Pero esto no es precisamente así. El texto Bizantino o Textus Receptus está fundido con la historia de la iglesia.  Su antiguedad esta dada por su uso continuo a través de los siglos. Recordemos que las primeras traducciones del Nuevo Testamento en los idiomas nativos, datan del siglo II, en siriaco, latín y copto.  

La versión siriaca llamada también Peshitta, hecha alrededor del año 170 d.C.,  sigue muy de cerca al Textus Receptus. Esta tuvo que haber sido traducida de manuscritos griegos del tipo Bizantino que se usaban entonces.  

La iglesia gala del sur de Francia  (177 d.C.)  utilizó el Textus Receptus, al igual que la versión itálica  (250 d.C.) entre otras. 

Según el Dr. Jhon William Burgon, erudito anglicano del siglo XIX, hay 86.000 lecturas bizantinas en las escrituras de los padres de la iglesia, lo cual da testimonio que el Textus Receptus en forma manuscrita es mucho más antiguo que los manuscritos del siglo IV. 

Pablo Besson, misionero suizo muy documentado en la materia, afirma también que el Textus Receptus sirvió de base para traducir el Nuevo Testamento de la versión llamada Peshitta. Este dato envuelve extraordinaria importancia en lo que se refiere a la antigüedad del Textus Receptus. 

Robert Estienne, (Stephanus), al publicar el Nuevo Testamento griego (1546, 1549, 1550 y 1551), en su tercera edición incluye un instrumental crítico en el que manuscritos citados se refieren al texto, marcados por símbolos. Esto significó el primer paso hacia la moderna crítica textual. 

EL TEXTO CRÍTICO

En 1870, los británicos, Westcott y Hort presentaron ante el Comité Revisor de la Biblia Rey Jaime (King James) su nuevo texto griego. A pesar de encontrar oposición inicial, pasados algunos años, sus ideas calaron en algunos grupos de intelectuales.  Pronto su  texto griego al igual que sus teorías, comenzarían a formar parte de seminarios e institutos bíblicos, para terminar convirtiéndose en la opinión mayoritaria en los seminarios y universidades bíblicas tanto de Inglaterra como de Norteamérica.   

Westcott y Hort partían de la concepción de que el Nuevo Testamento había sido preservado semi-perfecto en los códices Vaticano y Sinaítico, y los consideraban los mejores, además de los más antiguos. En este sentido se propusieron desplazaar con su texto griego, tanto a la Biblia del Rey Jaime como al Textus Receptus.  De hecho Hort juzgaba al Texto Recibido como un texto menos confiable, enseñando que  la Escuela de Antioquia (asociada con Luciano) había traducido muy ligeramente el verdadero texto de las Escrituras (siglo II d.C.). Lo que produjo un texto menos confiable que luego se transformó en el Texto Recibido, (Teoría de la Recensión Luciana).  Aunque Hort no tenía base para sustentar tal apreciación. Sus ideas calaron al punto de ser asumidas como verdaderas por intelectuales cristianos de la época. 

Westcott y Hort encontraron importante oposición en el decano John Burgon y F.H.A. Scrivener

Posteriormente, el texto griego de Westcott y Hort, con algunas modificaciones introducidas por Eberhard Nestle y Kurt Aland se tradujo en lo que hoy se conoce como el Nuevo Testamento Griego Nestle-Aland, que es un texto crítico.  


PERO:  ¿QUIENES ERAN WESCOTT Y HORT?

En principio, Westcot, mediante carta que escribió a Hort, declaró que el  rechazaba la "idea de la infalibilidad de la Biblia" y Hort lo avaló, en carta dirigida al Obispo Lightfoot.  

Podría decirse que Hort apoyaba la salvación por buenas obras, debido a que llamó "inmoral", la doctrina de la expiación sustitutiva (la que enseña la salvación por medio de la fé en Jesucristo, quien murió por nuestros pecados)

Westcott negó que Génesis 1 al 3 eran ciertos históricamente.

Ellos recibieron serias acusaciones de practicar el ocultismo, lo cual posiblemente tenía una base cierta, pues conjuntamente con el Obispo Edward White Benson, fundaron el Gremio Fantasmal, con el propósito de investigar fantasmas y apariciones sobrenaturales. Gremio que se convirtió en la Sociedad para al Investigación Psíquica. Resulta por demás interesante que Helen Lavatsky, fundadora del movimiento teosófico, escribiera reconociendo y elogiando este texto griego.

El Texto Critico Nestlé-Aland y el Nuevo Testamento Griego de las Sociedades Bíblicas Unidas, constituyen la base textual para traducir el Nuevo Testamento en casi cualquier lengua sea quien sea quien realice la traducción. Así además de servir para la Versión Popular-Dios Habla Hoy, y la Nueva Versión Internacional, ha sido utilizado por versiones católicas como la Biblia del Peregrino (1993) o la Biblia de la Casa de la Biblia (1993). Las dos ediciones manuales más populares del texto griego hoy, la Nestle-Aland y la de las Sociedades Bíblicas Unidas, realmente varían poco del texto de Westcott y Hort.

Pero:  ¿Son confiables estos textos?.  ¿Sustituye debidamente el Texto Crítico, basado fundamentalmente en los códices alejandrinos, Sinaítico y Vaticano, al  tradicional Textus Receptus o Texto Recibido, basado en los textos bizantinos?

La respuesta es definitivamente NO.

Los textos Sinaítico y Vaticano constituyen textos denominados corruptos. Implicándose no solo que no son obras completas, sino, y lo más importante es que han sufrido alteraciones que les restan en buena medida valor y confiabilidad.  Por ejemplo.  el Códice Vaticano, omite toda la 1° Carta a Timoteo, toda la segunda carta a Timoteo, toda la carta a Tito, casi todo el Génesis y extensas porciones de Samuel, Reyes, Nehemías, los últimos doce versículos del Evangelio de Marcos, la oración de Jesús en la cruz pidiendo el perdón de sus enemigos, la agonía de Jesús en Getsemaní, los últimos cuatro capítulos y medio de la carta a los Hebreos, treinta y tres de los Salmos, etc, etc. etc.. Sin embargo, añade libros apócrifos como Tobías, Judit, y la historia de Bel y el dragón; todos ellos, por cierto, contenidos en la Versión Popular Dios Habla Hoy. Asimismo en Job presenta adiciones en unos 400 versículos de acuerdo a las enseñanzas de un discípulo del hereje Marción. En relación con el Texto Receptus, omite al menos 2.877 palabras, añade 536, sustituye 935, cambia de lugar 2.098 y modifica 1.132. En total contiene 7.578 divergencias.

En el caso del Sinaítico, nos encontramos con un documento en el que realizaron modificaciones no menos de diez escribas diferentes a lo largo de un periodo no inferior a setecientos años. 

Como lo señaló Tischendorf, su descubridor, el Sinaítico contiene no menos de 14.800 alteraciones. No es extraño, por lo tanto, que sólo en los Evangelios omita unas cuatro mil palabras, añada unas mil, y cambie de lugar y altere otras tres mil. Además de esto contiene unas mil quinientas lecturas que no aparecen en otros manuscritos. En relación con el Textus Receptus, las diferencias llegan casi a la cifra de nueve mil, prácticamente una por versículo. Como en el caso del Vaticano, las omisiones son asimismo frecuentes. Carece de los finales de Marcos y de Juan; de treinta y nueve palabras en Juan 19, de veinte palabras en Juan 20; de diecinueve palabras en Marcos 1; de catorce palabras en Marcos 15; de pasajes comoJuan 5:4; Mateo 16:2 al 3; Romanos 16:24; Marcos 16:9 al 20; 1° de Juan 5:7; Hechos 8:37; Génesis 23:19 al 24; 1° Crónicas 9:27, etc.; de libros como Éxodo, Josué, 1° y 2° Samuel, 1° y 2° Reyes, Oséas, Amós, Miqeas, Ezequiel, Daniel y Jueces. Sin embargo, añade apócrifos como Bel y el Dragón. Tobías y Judit, todos ellos presentes en la Version Popular Dios Habla Hoy.

Finalmente el Sinaítico y el Vaticano ni siquiera son coincidentes entre si. El Vaticano contiene cerca de ocho mil alteraciones y el Sinaítico cerca de nueve mil en relación con el Textus Receptus; pero esas variaciones ni siquiera son las mismas en los dos manuscritos. 

Además, el Sinaítico y el Vaticano discrepan entre si no menos de una docena de veces por página. 

Ciertamente, analizado desde un punto de vista meramente científico y racional,  resulta obvio que pretender fundamentar una versión adecuada del Nuevo Testamento griego correcta sobre manuscritos tan cargados de deficiencias resulta menos que aceptable.

Además en comparación con el Textus Receptus, no sólo no resultan antiguos sino modernos. Pertenecientes ambos al siglo IV, resultan posteriores ya a diversas traducciones de la Biblia anteriores, a veces, incluso en dos siglos que partieron lógicamente, no del Sinaítico, ni del Vaticano sino de textos del Nuevo Testamento griegos más antiguos, como los textos bizantinos.

Al hecho de ser textos corruptos y tardíos, el Sinaítico y el Vaticano añaden otra circunstancia negativa no menos importante. Nos referimos al hecho de que el Sinaítico y el Vaticano encuentran un apoyo mínimo dentro del conjunto de manuscritos del Nuevo Testamento griego que han llegado hasta nosotros. De hecho, sólo menos de un cinco por ciento de los más de 5.000 manuscritos que contienen en todo o en parte el texto griego del Nuevo Testamento coinciden, siquiera parcialmente, con el texto del Sinaítico o del Vaticano. 

Veamos un resumen de las diferencias entre estos dos grupos.

- El códice Vaticano omite gran parte de los pasajes bíblicos que a la iglesia de Roma le ha convenido suprimir.

- En numerosos pasajes el manuscrito repite palabras y frases consecutivas. Una muestra del descuido y la desidia con que fue copiado. Es más fácil encontrar dos versículos consecutivos en los que estos manuscritos (Vaticano y Sinaítico) difieren que dos en los que concuerden”.

- El Dr. C. V. Manzanares dice que "ni uno solo de los padres de la Iglesia se opone al texto del Nuevo Testamento como aparece en el Texto Receptus.

-  David Otis Fuller afirma que las más de 86.000 citas que hacen los padres de la iglesia concuerdan con el Textus Receptus. Apesar de esto el Texto minoritario es el más aceptado hoy en día.

¿Por qué, si estos dos manuscritos que sólo coinciden en un 5% con la gran mayoría de los más de 5.000 manuscritos existentes en griego, y el Textus Receptus que coincide en más del 90% de los casos con todos los manuscritos que se conocen, se ha de descartar el Textus Receptus y adoptar el Texto minoritario como el "más aceptado en la actualidad?. 

La respuesta, según C. V. Manzanares, está en la gran influencia que ejercieron estos dos exégetas y miembros del comité revisor de 1870, que además fueron los autores del texto griego que ha servido de base para la que hoy tenemos de Eberhard Nestlé y Kurt Aland. 

Estos exégetas fueron B.F. Westcott,  y F.J. A. Hort, quienes ya mencionamos, fueron ocultistas, aceptaron las teorías de la evolución de Darwin, y negaron la inerrancia y la infalibilidad de las Escrituras. Pasaron del liberalismo modernista al ocultismo; se convirtieron en abiertos enemigos de la Palabra de Dios. Hicieron su propia versión del texto griego, la que luego utilizaron Nestlé y Aland. 

Cabe señalar aquí que el Dr. Henry Morris, fundador del Instituto del Creation Research, ha aseverado que Eberhard Nestlé y Kurt Aland, al igual queWestcott y Hort, eran partidarios de las teorías de la evolución, y que Nestlé y Aland se contaban entre los teólogos escépticos de Alemania

En su libro Una Historia Comprensible de la Biblia, Samuel Gipp hace mención de por lo menos ocho miembros del comité revisor, sin contar a Westcott y Hort,que negaban la inerrancia y la infalibilidad de la Biblia. 

LA CRÍTICA TEXTUAL

Los "críticos textuales", basados en las características que muestran los manuscritos griegos, los clasifican en lo que denominan "familias de textos":  alejandrinos, occidentales, cesariences y bizantinos. Todos con base a su origen geográfico, estilo griego y fecha.  

La crítica textual utiliza procedimientos muy rigurosos para evaluar y clasificar los textos. Además del origen geográfico, estilo griego y fecha, consideran lo que ellos denominan testimonios textuales, lo que hace referencia a la cantidad de manuscritos que presentan la misma redacción.  Esto debe movernos nuevamente a la reflexión, pues los textos de la familia de los bizantinos, de la cual proviene el textus receptus, como ya se mencionó, representan el 95% de los  manuscritos de los que se dispone en la actualidad. Es la familia más abundante, y estos textos no se contradicen entre sí.  Entonces, porque relegar y supeditar la información que es más abundante, homogenea, coherente y armónica proveniente de esta familia de textos y sustituirla por una información proveniente fundamentalmente de textos alejandrinos, que representan tan solo el 5% de los manuscritos disponibles en la actualidad y que presenta omisiones de pasajes, contradicciónes entre sí y lo más grave, evidencian alteraciones intencionadas, 

Y si adicionamos la práctica de los críticos textuales de examinar además de los manuscritos, todos los demás testimonios relevantes  (las versiones y las referencias de los padres de la iglesia), con mucho menos razón encontraremos justificación a esta sustitución, pues se conoce que existen más de 86.000  lecturas bizantinas en los escritos de los padres de la iglesia, lo cual nos habla sobre la antigüedad, reconocimiento y aceptación del texto bizantino desde los primeros años del cristianismo.  

En definitiva.  En el mundo de habla castellana, la clásica versión Reina-Valera, fundada en el textus receptus de acuerdo con el estado de los conocimientos textuales de esa época, ha seguido siendo, para la generalidad de los creyentes, más o menos lo que hasta hace poco fue la Vulgata para la Iglesia Católica Romana. Hasta la revisión de 1995 no cambió la base textual. Las Biblias de Estudio corrientes se basan en la versión de 1960, cuyos derechos tiene las Sociedades Bíblicas Unidas.  Éstas, las Reina Valera 1960, hacia atrás, son excelentes versiones del tradicional 'texto recibido' con mínimas diferencias sintácticas.


REFERENCIAS

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